Me cuentan que el elegido Alcalde de Quito, Mauricio Rodas, está recurriendo a personajes de la Centro Izquierda socialdemócrata e incluso al mismo exalcalde Paco Moncayo para armar su equipo de trabajo en el período siguiente.
También se filtra en la información que el exalcalde Moncayo está entusiasmadísimo con las propuestas y planes de Rodas. Sorprende, pues en las últimas elecciones estuvo como candidato por Ruptura 25, un movimiento que se promociona más bien como izquierdista, y según todos los medios de comunicación que cubrieron con mucho entusiasmo el triunfo de Rodas sabemos que "La derecha ganó la Alcaldía de Quito".
Pero ahora resulta que Rodas no ha sido tan de derecha. Esa es la idea que está vendiendo, al menos en ciertos ámbitos. Está interesadísimo, por ejemplo, en los temas que constituyen, a mi juicio, el talón de Aquiles de este gobierno: el matrimonio igualitario y la despenalización del aborto. También pretende coquetear con ciertos movimientos animalistas, lo cual resultaría bastante cínico si nos podemos a ver la ambigüedad de su posición ante la abolición de las corridas de toros en el cantón Quito.
En política, lo sabemos, no hay amistades, sino intereses. Y por otro lado, nada es inocente: es el reino del cálculo, y la traición está a la orden del día. Si bien Rodas jamás mostró su postura ante temas ligados a la liberalización de una ética de comportamiento antes ligada a los valores católicos y tradicionales, ahora quiere pescar, en su política social, a río revuelto: ganar la simpatía de quienes se han decepcionado por la postura ultraconservadora del gobierno actual, y particularmente del presidente Correa ante los temas mencionados. Muy pronto (si no lo ha hecho ya) se pondrá a apoyar a los Yasunidos y a gente por el estilo (aunque bien sabemos cuánto le puede durar), apelando a los nobles sentimientos de la gente, al ecologismo, a la equidad... y tejiendo de esta manera un disfraz de oveja bastante convincente en su camino para convertirse en un candidato que le 'haga calor' a quien presente Alianza País para las próximas elecciones presidenciales.
Hay que ser demasiado inocente para no advertir el disfraz de oveja. Sin embargo, la decepción de algunos grupos es tan grande que están decididos a hacerse eco del odio de los otros para conseguir lo que el régimen actual les ha negado o de alguna manera ha pospuesto en su particular agenda. Está visto que Rodas coqueteará con todos los estamentos de la sociedad quiteña para conseguir visibilizarse como un adecuado presidenciable, pero basta recordar la experiencia con Yamil Mahuad para ponerse alerta con la factura que nos puede venir en el futuro a mediano plazo.
De igual manera, no está mal recordar el tiempo en que Lucio Gutiérrez hacía campaña rodeándose de indígenas y haciendo proclamas que hasta a la izquierda le parecían revolucionarias, ofreciendo el oro y el moro al que es y al que no es. Muchos le creímos, y así nos fue.
De igual manera, no está mal recordar el tiempo en que Lucio Gutiérrez hacía campaña rodeándose de indígenas y haciendo proclamas que hasta a la izquierda le parecían revolucionarias, ofreciendo el oro y el moro al que es y al que no es. Muchos le creímos, y así nos fue.
Tal vez ahora es el momento conveniente para que el Presidente Correa y su equipo echen una mirada a su caduca posición (confesional, además, dentro de un estado laico) ante los temas de moral personal como son el aborto y el matrimonio igualitario. Con las actuales tecnologías de realidad virtual, las pieles de oveja progresista pueden ser bastante convincentes; y cuando el lobo decida dar el mordisco definitivo, es posible que ya sea tarde para tomar medidas.
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