martes, 8 de julio de 2025

GARABATOS

El jovencísimo asambleísta Dominique Serrano, de apenas diecinueve años, fue sorprendido y grabado dibujando garabatos mientras la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional analizaba y debatía acerca del caso Progen. El escándalo no tardó en llegar por parte de los detractores del gobierno del nuevo Ecuador (ojo, grupo de detractores en el que me cuento).

Ahora bien, el escándalo se ha puesto a la orden del día con este suceso, pero yo recuerdo que muchas veces, en mis clases de universidad, dibujaba mientras tomaba apuntes, y no necesariamente desatendía ni me ausentaba mentalmente de la clase, sino que muchas veces aquellos ojos y otros garabatos que dibujaba me ayudaban a concentrarme más en el presente. Lo cual, por otro lado, es un recurso o técnica que algunos estudiosos del aprendizaje y del comportamiento humano avalan.

Lo escandaloso no es eso. Todos hemos garabateado en una reunión, y no necesariamente por estarnos aburriendo. Hay escándalos peores, y en el mismo cuarto, mientras un chico que aún no acaba de salir de la adolescencia está garabateando al mismo tiempo que los demás hablan y discuten un tema importantísimo. Y el primer escándalo es precisamente ese: que un niño de diecinueve años, que en ningún momento ha dado pruebas de más talento o super dotación que la de hacer videos en TikTok y la de repartir cartones con la imagen de su líder, esté ocupando muy orondamente una curul nada menos que en la Asamblea Nacional. Ese escándalo es mucho peor que el de ponerse a garabatear en una hoja de papel mientras se debate un tema equis o ye.

Está también el escándalo del ‘minuto’ de aplausos ante la recaptura, mejor dicho, entrega negociada de Fito y toda la parafernalia subsiguiente en la que incluso participaron algunos asambleístas de la Revolución Ciudadana. Y el escándalo de las mentiras encadenadas que acompañaron al suceso. Y el escándalo de la misma fuga y el año y medio que demoraron el recapturar al más popular y conocido de “Los más buscados”. Y los garabatos o caricaturas de sí mismos en los que se fueron convirtiendo todos los actores de este prolongado y desconcertante proceso, comenzando por el presidente Noboa, su ministra Mónica Palencia, hasta terminar con los garabatos de Loffredo y Reinberg diciendo y contradiciéndose en los diversos escenarios de la puesta en escena final.

El peor escándalo es cómo después de clavarle trece años ‘extras’ a Jorge Glas por el hecho de haber ‘impulsado’ la construcción de obras en el proceso de reconstrucción de Manabí, y por nada más, o por nada más que se pueda probar, la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional finja fiscalizar la evidente corrupción del actual gobierno, y tal vez por eso mismo, porque conoce el meollo del asunto, y porque sabe hacia dónde van las cosas, el joven legislador Serrano mejor se pone a garabatear en una hoja de papel, pues tal vez así se acallen los gritos de cualquier voz de la conciencia que se respete.

Otro escándalo es aquel de las leyes de supuesta “Solidaridad” (entre ellos), “Inteligencia” (léase ‘persecución’) e “Integridad pública” (entiéndase todo lo contrario), en donde solamente se consolidan la persecución política, el espionaje y la inestabilidad laboral como los signos y carismas más arraigados en este gobierno, así como lo fueron durante los anteriores, aunque sin aparato ‘legal’ que los sustente.

Y el escándalo supremo es que, aparte del ‘artista’ en la Asamblea Nacional también trabajen su madre y su hermano, o sea casi toda la familia viviendo a costa del pueblo ecuatoriano en un típico alarde de ‘viveza criolla’, mientras Diana Jácome, presidenta de dicha comisión, se duele del “bullyng” que se le hace al niño

Esos son los verdaderos escándalos de este gobierno y esta asamblea convertidos en garabatos de sí mismos, así como sus asambleístas alza manos que tienen prohibido hablar por si acaso vuelvan a decir ‘resolvido’ y otras perlas peores. Entonces, qué más da que un chico que no sabe qué hacer ni se halla cuando no está haciendo videos para redes o repartiendo cartones, se ponga a dibujar en un instante de aburrimiento. Eso es lo de menos.

martes, 17 de junio de 2025

EL PAÍS DE LOS CAZA RECOMPENSAS

 

Después de un show difícil de creer, en donde un poco de chicos, salidos quién sabe de dónde, en aparente situación de calle y vestidos como si de pandilleros se tratara, se pusieron de acuerdo con la producción de un canal de televisión para que les ponga un fondo musical macabro mientras ‘invadían’ el set, el gobierno anunció con bombos y platillos que se iba a crear un plan de seguridad al que pomposamente llamaron “Plan Fénix” y del que hasta ahora, año y medio después, no se conoce exactamente en qué consiste, porque además estábamos en una situación que ellos mismo llamaron “Conflicto armado interno”, o sea guerra civil, otorgando así el estatus de ejército combatiente a los Grupos de Delincuencia Organizada.

Lo primero que hicieron fue subir tres puntos el impuesto al valor agregado (IVA). Supuestamente con eso se financiaría el supuesto Plan Fénix. Pero hasta el momento no se conoce a dónde se destinaron exactamente los excedentes que esos tres puntos otorgarían. Incluso las malas lenguas afirman que se hizo todo el show para cumplir con un requerimiento del FMI con la aquiescencia de la población que, asustada por los hechos, aceptaría cualquier cosa.

Luego plantearon una consulta popular llena de preguntas que estaban destinadas a restablecer un clima de seguridad, y en la cual ganaron todas ellas, menos las únicas dos que al gobierno le interesaba que ganaran y que van camino de imponerlas a como dé lugar. Pero esa tal vez es otra historia. La historia de cómo ninguna de las nueve preguntas sirvió pero para nada. La situación siguió igual y luego empeorando.

No fue por falta de arrojo ni de voluntad de hacer las cosas, pues poco antes de la consulta popular el gobierno de Daniel Noboa no demoró en dar muestras de lo nada que le importaba cualquier regulación legal cuando invadió la embajada de México en Quito para secuestrar y encerrar al ex vicepresidente Jorge Glas, mientras que en sus narices se escapó el capo o como se llame de uno de los más importantes y agresivos GDO, Fito, el que hasta ahora sigue, según datos de los mismos estamentos policiales, localizado en un 45% (lo que sea que eso signifique). Y mientras tanto, además, la violencia de todo el país va en aumento con consecuencias horribles para toda la población.

Largo sería el anecdotario o recuento de los hechos de sangre que han convertido el Ecuador posiblemente en el país más violento de América Latina. Y haciéndose eco de todo esto, el gobierno del nuevo Ecuador, como se autodenominan, ha enviado a la asamblea algunas leyes que, para resumir, son un cheque en blanco entregado al ejecutivo, las fuerzas armadas, los servicios de espionaje y la función judicial para perseguir al que es y al que no es, para allanar, apresar y disparar mucho antes de preguntar, y con el perdón respectivo para cada exceso que de hoy en adelante ya no lo será.

Con todos estos ‘avances’, aparentemente, estamos hechos y en poco tiempo parecería que Suiza se nos quedará corta… Pero no. Resulta que necesitan más ayuda para lograr sus nobles fines. ¿Y saben en qué consiste la tal ayuda? Nada menos en algo que podríamos llamar ‘participación popular y comunitaria’, o sea que la gente, sí, la gente normal y corriente de las ciudades en donde se cometen horribles crímenes de sicariato, en donde se roba, se extorsiona y sobre todo se amenaza y en la mayoría de los casos se cumple, o simplemente se cumple incluso sin amenazar, vaya y delate a sus potenciales verdugos a cambio de una cierta cantidad de dinero. Dinero que se pagará si antes no los matan por fariseos, será. Y para promocionar esta maravilla de táctica innovadora no se les ocurre mejor idea que sobrevolar la ciudad de Durán (quizá la más afectada por la violencia actual) arrojando panfletos con forma y facha de billetes de cien dólares en donde se plantea que la próxima lucrativa profesión a la que accederán la mayoría de ecuatorianos será la de caza recompensas. Y así nos dan a entender que, aparte de para hacer el lawfare a los funcionarios y ex funcionarios correístas, todo el aparataje militar, policial y judicial está muy poco capacitado ante el desastre que un traidor inauguró hace ocho años, y se sigue ahondando entre la ineptitud y la estulticia de cada nuevo gobernante.

La pregunta se cae de su peso: ¿seguiremos aguantando estoicamente esta triste situación? ¿Hasta cuándo? 


jueves, 27 de marzo de 2025

POBESHITO SHOY

En realidad, él es una víctima. O víctimo, como quieran. Pobrecito, da una ternurita verle ahí, acanallado por esa mala mujer, esa hidra de siete cabezas dispuesta a usarlas todas para proferir ofensas en su contra. Mamío, sin poder levantar la vista del papel porque dizque tiene TDAH o no sé qué cosa parecida, trastorno de atención e hiperactividad dicen unos. Otros dicen autismo grado uno, Asperger, no sé qué. Bonito. Por eso no dizque puede organizar dos oraciones seguidas. Por eso dizque no ve a los ojos de la gente. Por eso dizque maneja mejor el inglés que el castellano, porque es más fácil, más práctico, más mejor, ya, como todo lo gringo.

Por eso dizque le han hecho adecuaciones del grado 3 en el debate, para que no le vaya a ir mal, porque se frustra, y si se frustra tampoco le va mal a él, pero puede irle mal a mucha gente. Para que la situación esté a su altura y tenga el mismo éxito que tuvo cuando, ignorando todas las disposiciones del derecho internacional, ordenó que invadan la embajada de México. Y no fue de malo ni de desobediente de la ley. No. Fue porque hay un montón de cosas que no entiende, el derecho internacional entre ellas. Estas criaturas son bien inteligentes, pero no captan las reglas, hay que tenerles mucha paciencia. Por eso se portan mal a veces. Y además si se les reclama se alteran, boniticos. Por eso toda la prensa corporativa, comprensiva como es ella, le aplaudió el patriotismo. Porque eso era, no otra cosa. Porque así entienden estas criaturas las cosas abstractas. Hay que comprenderles, o por lo menos tratar.

Es necesario tener mucho cuidado y preferiblemente no decirles que no a nada porque eso sí puede tener consecuencias impredecibles. Eso le pasó a la primera mujer. No tomó en cuenta que es especial, y cuando supo que… bueno, que le gustaba otra persona no le supo comprender. No aceptó lo que cualquiera aceptaría, tratándose además de tantos millones en juego: que él es especial, que no hay que meterse con su voluntad, que hay que aprender a manejarle o a darle la razón como mismo a… Bueno, no tanto, pero darle la razón porque esta gente especial cuando no lo hacen se pone bien malita y de la pura baja tolerancia a la frustración te mete más de cuarenta juicios de una sola. Porque sufren mucho cuando se les niega algo. Se les activa el complejo de abandono y eso se transforma en enojo. No es tan difícil de comprender y adaptarse. Pero una, que está sana, puede mejor que él eso de la adaptación.

No hay que exigirle demasiado al bonito, pobrecito. Si le hablan duro se siente bien mal. Hay que esperar, nomás. Aprender a esperar hasta que tenga ganas de hacer lo que toca. Por ejemplo, saber que algún rato ha de pagar a las dializadoras o ha de traer medicinas para los hospitales. No es de ponerse tan impacientes. Si se han muerto algunas personas es porque les llegó la hora, no por otra cosa. Porque él sí va a hacer, solo que a su ritmo y cuando se sienta bien con eso. De ganita le reclaman tanto.

Y no hay que levantarles la voz. Se alteran. Se asustan. Por eso puso esas vallas alrededor del palacio de Carondelet y también está poniendo planchas de metal en algunas partes. Levantarle la voz a él es como levantarle la voz a un perro, para que entiendan, creo que oye cincuenta veces más que un humano, algo así. Por eso nada de manifestaciones. O si pueden hacer manifestaciones con adaptaciones grado 3 tal vez resulten mejor. Averigüen a la ministra de Educación. Ella creo que sabe cómo es eso.

Por eso tampoco hay que reclamarle lo de los niños de las Malvinas ni cosas por el estilo. Se impresiona, bonito, con lo sensible que es. No importa que él haya dado alguna orden de que los militares salgan a las calles y hagan lo que hagan él les va a perdonar. Es su manera de ser, mejor dicho, de entender las cosas. En el fondo (pero bien en el fondo) eso demuestra su buen corazón. ¿Ya les dije que no hay que darle la contra? Aunque haya dicho que es un pésimo enemigo (y si le cogen del mal lado, sí es) en el fondo es bueno, por eso les quiso declarar héroes a los niños. Es que a veces les viene el impulso de la reparación, de la ternura, algo así. No es muy difícil de comprender. Pobrecito.

Los que sí le entienden son los del CNE y los del TCE. Ellos saben cómo tratar a estas personas. Ya les dije que hasta le adaptaron el debate a su condición. No es que le tengan miedo ni que les haya dado nada a cambio. Solo entienden de lo que se trata. Si han muerto miles de personas por enfermedades catastróficas, si ha violado leyes internacionales o si no tiene idea de para qué sirve una constitución…

Ah, y me olvidaba, estos seres de luz (en el fondo lo son) tienen fuerte complejo materno. Ninguna mujer es como su madre. Por eso a veces se porta un poquito… no, no quiero darle la razón a la malvada… pero a veces sí se ponen un poquito majaderos con las mujeres. Solo con algunas, casi siempre con las que les dan la contra. Pero igual que en todo hay que entender que no sabe portarse de otro modo, que así son ellitos. Cierto que a veces puede pasar alguna cosa grave, pero son efectos colaterales. En el fondo es digno de comprensión, cariño y ternura. Eso necesita, y eso no supo entender la otra candidata, mala, que no sabe tratar a seres especiales como mi pobrecito candidato-presidente (por eso mismo no puede diferenciar qué mismo es, pobeshito).  

 

viernes, 21 de marzo de 2025

¿CONTRA QUIÉN MISMO ES LA 'GUERRA INTERNA'?

En las pasadas fiestas de Carnaval, un par de hermanos adolescentes, de la zona de Putumayo, tomaron la moto de un amigo para dar una vuelta por el pueblo. Según su madre, era una fiesta de la localidad, llena de alegría y sobre todo de confianza mutua entre los participantes, una celebración normal y corriente del lugar, pero dejó de serlo en cuanto un piquete de militares encontró a los jóvenes paseando en moto. Los chicos se asustaron y se alejaron, los militares hicieron lo que han acostumbrado a hacer ahora último cada vez que la vida les pone delante a gente menor de veinte años que no está haciendo nada malo: disparar.

Sí, como se lee: disparar. Dos tiros a cada chico. Cuando cayeron gravemente heridos no permitieron que sus amigos ni la gente los socorriera, y ellos tampoco lo hicieron. Los dejaron durante más de una hora en el suelo, según cuentan testigos del hecho. En el momento, uno de ellos ha fallecido y el otro se encuentra en estado crítico. La familia, destruida de dolor. El pueblo entero, aterrorizado y sorprendido. Todos insistiendo, como si fuera necesario, en que los niños no hacían nada malo, que no eran delincuentes, que el pueblo entero los conocía como buenos hijos, deportistas, chicos sanos y felices.

Ya en diciembre del año pasado tres familias del sector de Las Malvinas, en Guayaquil, vivieron el horror de la desaparición y el posterior hallazgo de los cuerpos calcinados de sus hijos: cuatro niños menores de dieciséis años, el menor de ellos de tan solo once, que también, al decir de sus padres, amaban la música, el deporte, la amistad, la vida de familia… en fin, porque una de las cosas más tristes de esta situación es que las familias deban ir por ahí explicando que sus niños no hacían nada malo, que estaban realizando las actividades normales de la vida de un adolescente de su edad y condición en sus barrios o sus pueblos.

Unos meses atrás, también en Guayaquil, un par de jóvenes, primos entre sí, habían ido a vender un cachorrito de raza para apoyar económicamente a su familia, acuciada por extorsionadores. Tras un incidente entre vehículos, los miembros de las fuerzas del orden también dispararon a los jóvenes. El dueño del cachorrito e hijo de la familia afectada falleció al poco rato. ¿Era un delincuente? Para nada. Quienes lo conocieron lo describen como un joven alegre, solidario, miembro activo de una iglesia evangélica.

Estos no son los únicos casos en que jóvenes y niños resultan atacados e incluso asesinados por miembros del ejército o las fuerzas del orden en general. Se han dado muchos más, con el denominador común de que los uniformados atacan con armas de fuego a chicos jóvenes, menores de edad, cuya única transgresión es no ser blancos y rubios ni pertenecer a las clases y familias pudientes de la ciudad en la cual residían. Con frecuencia, en los informes y partes inmediatos a los hechos, se esbozan calificativos o descripciones que pretenden criminalizar a las víctimas, pero los testimonios de gente allegada o conocida afirman todo lo contrario.

Esto ocurre en el contexto del llamado “conflicto armado interno”, o si se abrevia, “guerra interna”, por el Presidente de la República, que según él se da entre los grupos delincuenciales organizados y las fuerzas del orden del país. Sin embargo, hasta la fecha, y mientras caen presos o abatidos muy pocos malhechores, lo que se ha visto es que en el país se dan, a vista y paciencia de todo el mundo, cientos de muertes violentas por sicariatos, ajustes de cuentas y un vasto etcétera que incluye actos de delincuencia común como asaltos y robos; pero las víctimas de los ataques de la fuerza pública provienen más bien de estratos sociales populares, y son niños y jóvenes con historiales limpios, aunque sus asesinos pretendan luego ensuciar su buen nombre y el de sus familias con crueldad y artería, y con el único fin de justificar lo injustificable.

Para colmo, el presidente de cartón ha anunciado ya el indulto automático para policías y militares que asesinen a ‘delincuentes’ en actos de defensa o represión del crimen, dice él, pero lo que se viene dando son ataques a jóvenes inocentes que tuvieron la mala suerte de encontrarse con uniformados en el lugar y el momento inadecuados.

Entonces, ¿contra quién es la tan sonada ‘guerra interna’? ¿Contra los GDO o contra los pobres? ¿Contra los delincuentes o contra los jóvenes de los barrios y los pueblos? ¿Habrá que advertir a nuestros niños y muchachos que, si ven un policía o militar en las inmediaciones, se oculten, que no corran, que traten de pasar desapercibidos, y que finalmente se encierren en sus casas y dejen de salir, como en otro tiempo, a conversar, jugar o hacer música y deporte por las noches en las canchas de sus barrios, a participar de las fiestas y la vida cotidiana de las comunidades porque la muerte puede agazaparse en cualquier esquina? ¿Será de explicarles que, incomprensiblemente, la guerra interna es contra ellos y no contra nadie más?

El poeta español Miguel Hernández escribió hace ya casi noventa años unos versos que describen el horror de la Guerra Civil Española, mejor dicho, de cualquier guerra, y que tristemente podrían aplicarse a esta extraña ‘guerra interna’ en la que no se entiende por qué se ataca la vida humana en sus más bellas formas y se permite que los verdaderos enemigos continúen campantes por nuestros pueblos y calles:

La vejez en los pueblos.
El corazón sin dueño.
El amor sin objeto.
La hierba, el polvo, el cuervo.
¿Y la juventud?

En el ataúd.

(…)

El odio sin remedio.

¿Y la juventud?

En el ataúd

Y así es como estamos en estos tristes y desconcertantes tiempos.

martes, 11 de marzo de 2025

DE VIAJES EN EL TIEMPO Y OTRAS TRAPACERÍAS


Hace algunos días los televidentes de TC se vieron sorprendidos por una (otra) curiosa puesta en escena en la cual el ‘periodista’ Rafael Cuesta jugaba a ser viajero en el tiempo, tal cual los Douglas y Tony de nuestra infancia. Aparentemente, Cuesta iba a buscar en el futuro respuestas que fácilmente le habría podido proporcionar el pasado, pero haciéndonos eco de un antiguo chascarrillo de borrachos, él no quería buscar la llave donde mismo se le perdió, sino aparentemente donde hay más luz… o tal vez menos. 

Lo que deseaba Rafael Cuesta era ver lo que pasaría en el hipotético caso de que ganara uno u otro candidato a la Presidencia de la República, y para eso supuestamente viaja dos años en el tiempo y nos muestra los noticieros de fines de febrero de 2027.

Sin embargo, el equipo productor de la nota olvida un par de cositas que parecerían verdades de Perogrullo, y es que para averiguar lo mismo podríamos no ni siquiera hacer un viaje, sino volver la mirada al pasado y obtener la misma información que el conocido periodista pretende otorgarnos en un exceso de fantasía.

Nos dice, por ejemplo, en la nota imaginaria correspondiente al supuesto triunfo de Daniel Noboa, que el plan Fénix ha dado resultados… ¿por fin? Porque si miramos un año atrás podríamos ver que ni siquiera se sabe en qué consiste el tal plan, y muchos incluso dudan de que siquiera existe, por más que la ex ministra del Interior haya exhibido un voluminoso legajo de hojas en blanco.

También nos dice que se aumentará el monto del Salario Básico Unificado, sin embargo, en estos mismos días hemos podido ver cómo se les ha negado el pago de cierto bono a algunos jóvenes que fueron subrepticiamente cooptados como parte de la campaña electoral. Aparte de que, desde el gobierno de Moreno hasta este, pasando por el de Lasso, el índice de empleo ha caído en picada. Entonces, repito… ¿para qué irse al futuro si el pasado reciente ya nos da la información?

Otra de las posibles noticias que se plantean es que, si gana Noboa, Fito, el delincuente fugado entre diciembre del 2023 y enero del 2024, sería por fin capturado. ¿Es en serio? ¿Se va a demorar dos años más en capturarlo? Y además avalan la invasión a otra embajada, la de Venezuela (que ya ni hay), en donde se habrá refugiado el narcotraficante y pedido además un salvoconducto. Este apartado podría considerarse como uno de los capítulos más notables de la Historia Universal de la Infamia, pues pretenden equiparar la figura de Fito a la de Jorge Glas, que ni es narcotraficante, que cumplió la mayor parte de su sentencia y a quien nada se le ha comprobado digan lo que digan los fanáticos del anticorreísmo enfermo.

Si gana Luisa González, dicen ellos, en cambio, se establecerá una ley de comunicación que incluso controlará hasta las redes sociales, y la vuelven a llamar “Ley mordaza”. Solo faltaban las imágenes de Ortiz y Vera con sendas X de esparadrapo sobre sus bocas, algo que tal vez tuvieron la delicadeza de ahorrarnos porque hasta Cuesta tiene algún sentido estético. Pero si recordamos los diez años de la Revolución Ciudadana veremos que no solo los pseudo periodistas titulados por la dictadura, entre otros, dijeron lo que se les vino en gana sin la menor comprobación, sino que además pulularon portales digitales financiados por la Usaid con el expreso fin de difamar al gobierno y que, además, cuando se estableció una pena para algunos comunicadores el mismo Rafael Correa les perdonó la prisión y la multa.

Hablan de un tal ‘nuevo sucre’ como la moneda en la que se harían los pagos dentro de dos años, de ganar Luisa González, pero no se contestan una simple pregunta: ¿se desdolarizó la economía nacional en los diez años de gobierno de la Revolución Ciudadana?

La puesta en escena de Cuesta y sus ayudantes, sospechosamente parecida en colores y estilo a aquella del 9 de enero de 2024, está llena de sofismas y falacias, y vuelve a tratar a la gente, a sus televidentes, como si fuesen imbéciles (perdón, pero no existe otro término). Pero lo más grave no es solamente eso, sino que además está llena de manipulaciones burdas y malintencionadas, de sugerencias absurdas y de maldad, para seguir con la tónica de los últimos tres gobiernos. Y aunque se enfoca en un futuro que ni ellos mismos se creen, ignora las siempre válidas e innegables lecciones de un pasado que ya vivimos y que, de acuerdo a los intereses de sus actores, no tendría por qué cambiar.