Ahora me ha provocado escribir sobre el impase entre Crudo Ecuador y el presidente Correa porque veo cómo las cosas se salen de madre y cómo los de siempre ya están pescando ballenas a océano revuelto, felices de que (una vez más) se les dé la oportunidad de escupir veneno en todas direcciones. Y, lamentablemente, quien les ofrece esa maravillosa oportunidad no es precisamente Crudo Ecuador, sino Rafael Correa. No es la primera vez que pasa.
No solamente es Crudo Ecuador quien edita los famosos 'memes' contra el Presidente. Quienes seguimos confiando en que este régimen, con todo y sus falencias, ha sido lo mejor que, en materia de gobiernos, le ha pasado a este país, no siempre nos reímos. Debo decir que, personalmente, a mí me molestó mirar el famoso "meme" del centro comercial en Amsterdam por una sola razón que resumiré en tres palabras y dos signos ortográficos: ¿qué les importa? Y ampliaré: ¿por qué no persiguieron igual, por donde fueran, a Lucio Gutiérrez, a León Febres Cordero, a Fabián Alarcón, a Jamil Mahuad y a otros tantos que de seguro no salían de ningún almacén europeo con una sola fundita ni tenían la dudosa buena suerte de que dos ecuatorianos en el extranjero se quisieran tomar una foto con ellos (seguramente, entre otras cosas, nadie quería)? Todos ellos fueron inconsecuentes con sus discursos de campaña o de ofertas, y no solamente eso. Todos ellos, con la intención que haya sido, se constituyeron en auténticos tsunamis económicos y políticos para este país. Por otro lado, ni siquiera Mujica ha dejado de viajar, y seguro habrá comprado algún suvenir en alguna parte del mundo. Pero él no está en el foco de la atención, mientras se deje seguir utilizando como un señuelo de la derecha mundial para compararlo con los que supuestamente no lo hacen tan bien.
Existe un poco de refranes que aluden a lo que es y significa meterse a cambiar un país hecho de consecutivos desórdenes y conflictos a todo nivel, como es el nuestro: "El que se mete a redentor termina crucificado", "Ningún comedido sale con la bendición de Dios", "Palo porque bogas, palo porque no bogas". Y creo que Rafael Correa debió estar consciente de esto desde el principio. Sabía que iba a tener guerra, y que la guerra iba a ser a todo nivel, incluso en este: el artero y bajo nivel de las provocaciones. Y lo triste es que si no cae, por lo menos resbala.
Por otro lado, están los argumentos relacionados con la validez del humor en su versión más ácida y sarcástica. Cabe recordar el origen de la palabra sarcasmo: proviene del griego, y su raíz está relacionada con un instrumento que se podría definir como estilete. Sarcasmo, como vocablo, tiene su origen en el hecho de rasgar la piel con un instrumento afilado. Obviamente, para realizar verbalmente esta actividad, hace falta un determinado tipo de aguda inteligencia, pero los sangrientos sucesos de este último enero en París nos hacen ver con claridad que la inteligencia, o al menos ese tipo de inteligencia, no solo no es suficiente, sino que resulta altamente peligrosa. Sin justificar para nada el asesinato de diecisiete personas relacionadas con el tema humorístico, pienso que hechos como el mencionado deberían llevarnos a reflexionar hasta qué punto el humor es disfraz válido para el hostigamiento y el odio.
Justo en este día ha llegado hasta mí el estremecedor artículo de Arturo Pérez Reverte: "Esas jóvenes hijas de puta" en donde vemos los extremos del hostigamiento, y cabe una frase que me ha dejado perpleja por lo exacta: "Faltaba, claro, el Gólgota de las redes sociales". Porque eso son las redes: un monte Calvario donde se crucifica a diestra y siniestra, sin importar que el ocupante de la cruz sea una muchacha adolescente o un Presidente de la República.
A estas alturas ya sé que muchos comenzarán a argumentar que Correa también se burla, que Correa también es sarcástico, que Correa también maltrata... porque siempre estamos más conscientes de lo que hacen los otros, y aunque hagan lo mismo que nosotros, lo criticamos en cabeza ajena. Porque si Bonil usa el sarcasmo en contra de Correa es inteligencia, pero si lo usa Correa en contra de Bonil es grosería; si Crudo Ecuador saca un 'meme' tendencioso contra Correa es un chistosito simpático, pero si Correa reacciona es totalitarismo. Si un twitero anticorreísta incita al magnicidio es que está en uso de sus derecho a la libertad de expresión, pero si un twitero correísta amenaza de muerte al anterior es un crimen de odio. Así funciona la opinión pública en nuestro país.
De todas formas, pienso la reacción del Presidente Correa ante los ataques de Crudo Ecuador u otro divertido humorista por el estilo no es la más conveniente. Y no es la más conveniente para él. También a Evo, a Dilma, a Michelle Bachelet y al mismo Mujica les han hecho esos 'memes', y hasta donde se sabe no han reaccionado de igual forma. Porque caer en la provocación es darle demasiado pábulo a la mala crianza. Y perseguir a los hechores de tales nada inocentes chistes es darle demasiada importancia a quien no la merece. Ya lo dijo el gran Freud alguna vez: "Para el odio, el desprecio". Cualquier otra reacción es demasiado.
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