sábado, 24 de septiembre de 2022

OTRO DOLOROSO ADIÓS


Cuando, en el futuro, la gente de Quito y del Ecuador escuche el nombre de Vladimir Serrano seguramente recordará a un hombre sabio y erudito, a un funcionario de gobiernos anteriores, a un estudioso de la psicología junguiana, la historia y la filosofía. Y yo también tengo muy presente a aquella persona cuyo conocimiento de tantas cosas a veces resultaba apabullante y digno de admiración.
 
Pero también recuerdo otras muchas cosas que la historia de los hombres públicos tal vez olvide: recuerdo, por ejemplo, la afabilidad, la sonrisa cálida, el abrazo afectuoso y sincero. Recuerdo el apoyo irrestricto en momentos de angustia y duelo. Recuerdo la generosidad en el compartir y la sencillez más allá de cualquier condición. Lo recuerdo dirigiendo meditaciones guiadas en las navidades, y también compartiendo el ágape. Lo recuerdo bailando en su sexagésimo cumpleaños y cantando boleros a voz en cuello junto conmigo en alguna celebración profana. Recuerdo su presencia serena más allá de la desgracia personal, y su búsqueda de sentido en todo momento. Recuerdo su apoyo, su negativa a cobrar, y su frase: "Ayuda a alguien más y me daré por pagado". 
 
No sé cómo irá a ser la vida, el mundo, nuestro mundo, el de quienes lo quisimos y nos honramos con su amistad ahora que ha atravesado las puertas del Oriente Eterno. Tal vez siga, como suele suceder, con ese lugar siempre doloroso de las ausencias lacerantes y duras en carne viva. Pero tal vez también permanezca iluminado por todo lo que de sabiduría, solidaridad y calidad humana dejó en nuestras vidas, todo lo que, a veces entre admiración y otras entre risas aprendimos de él, y todo lo que él recogió de nosotros para hacerlo florecer en crecimiento humano. Buen viaje, amigo querido, cuánta falta nos harás, cuánta falta le hará al mundo cada día más gente como tú. Gracias por todo, y que en el más allá te sea devuelta tu bondad como el más bello premio a una existencia noble y fructífera.
 
Un abrazo especial y solidario a su compañera, Ana Tibau 💔❤️💖, cuyo dolor compartimos como propio.