jueves, 26 de noviembre de 2020

AY, LOS BUENOIDES MATERIALISTAS


Así, por preguntarme, me pregunto qué habría pasado si Diego Armando Maradona tenía fotos abrazado a Trump, a Piñera, a Macri, a Moreno (aunque no le creo de estómago tan fuerte), a Gloria Álvarez... De seguro la burda y cruel caricatura que encabeza este artículo no se habría dado. Porque en realidad no les molestan los problemas de adicción del ídolo, eso es lo de menos. Pero dadas sus 'malas amistades' y sus peores ideas, entonces hay que irse con todo, faltaba más. Ahorita mismo gente de la misma calaña de Bonil debe estar averiguando a qué le olía el aliento, para, si es posible, hostigarle post mortem con el tema. 

Al pensamiento conservador del mundo no le importa la vida personal de nadie, ni le preocupan los malos ejemplos ni cualquier otro problema a no ser que se trate de alguien que alguna vez en su vida ha mirado hacia la izquierda. Entonces es el momento de achacarle por todos los errores o problemas de su vida. Porque si Bonil quisiera podría mirar a su alrededor, en la pelagatería local, nomás, y encontraría varios ejemplos de lo que tan acuciosamente critica cuando se trata de alguien cuyo mayor pecado es haberse tomado fotos con los Kirchner, Fidel y Chávez. Alguien cuyo mayor escarnio es haber pasado por Cuba para un proceso de rehabilitación (eso no cuenta) y haber defendido a las Madres de la Plaza de Mayo. 

Con motivo del fallecimiento del crack del fútbol argentino, las redes sociales (más que los medios) se han llenado de gente que jamás en su vida no digamos ha tomado... ha olido un 'shot' de licor, mucho peor ha encendido un cigarrillo o ha tenido un ataque de risa nerviosa en un funeral. Como siempre, en ese valle de pasiones, los ánimos se caldean al defender puntos de vista: acusaciones de pedofilia, de golpear mujeres... que tendrían que ser demostradas más allá de las fotos o los recortes de perdiódico que la gente se ha acostumbrado a esgrimir como prueba irrefutable de cualquier cosa. 

Diego Armando Maradona está muerto, como un día estará Bonil y todos aquellos que lo acusan de lo acusable. No necesita homenajes y los insultos ya no le llegan. Pero el ala conservadora del mundo conoce también la fuerza de la destrucción simbólica y cómo puede golpear el inconsciente de la gente. Guerra es guerra, no importa contra lo que se vaya. Sin embargo, hay una máxima que aconseja tomar lo que nos sirve y desechar el resto, y el mismo evangelio nos recuerda que de la abundancia del corazón habla la boca. 

Por si no fuera poco, la ley del espejo también nos dice que censuramos en los demás lo que odiamos en nostros mismos, y que aquello que vemos o decimos habla más de nosotros que de los otros. Yo, sinceramente, prefiero quedarme con la imagen de aquella persona que ponía pasión en lo que hacía, y que se emocionaba con un niño con cosas que los buenoides materialistas del universo jamás podrán comprender. 

 

domingo, 8 de noviembre de 2020

DE DOLORES Y DOLORES


La imagen de la virgen Dolorosa del Colegio está marcada por el misterio y la leyenda. Se dice que alguien vendía en la calle la representación de la Virgen de los Dolores, una imagen por demás sufriente: la mujer que acaba de sepultar a su hijo, torturado ante sus propios ojos, agotados de tanto llorar, con las lágrimas todavía corriéndole por las mejillas, el corazón atravesado por siete espadas, y sujetando entre las manos, afectuosamente, en un gesto de incomprensible masoquismo, los clavos y la corona de espinas, es decir los instrumentos de tortura de su hijo. 
 
Se dice que eran tres cromos, impresos en Francia, y no se sabe bien quién los trajo ni quién compró los otros dos. Pero uno de ellos, el que importa, el milagroso y sacrosanto, fue a dar, enmarcado, al comedor del colegio San Gabriel, llamado así en honor a Gabriel García Moreno, alguien a quien, cariñosamente, se podría calificar con el apelativo de "El tirano eficiente", una de cuyas características era el catolicismo fanático, lo cual no le impedía tener relaciones extramaritales, una de las cuales parece que le costó la vida... pero esa es otra historia... 
 
Corría el año de 1906. Año de fundación del periódico EL COMERCIO, el periódico quiteño por excelencia. Habían pasado casi once años del triunfo de la Revolución Liberal y las aristocracias serranas resentían hondamente la pérdida de poder que ello les significó. "El indio" Alfaro, como lo llamaban (Alfaro tenía algo de lo cual ellos se jactaban, pero a ninguno se le podía comprobar: un 50% seguro e innegable de sangre española), había despojado a la iglesia católica del poder del registro de nacimientos, matrimonios y defunciones, así como de las tierras ociosas, a través de la Ley de manos muertas... en fin, la iglesia católica había dejado de ser el eje fundamental de la vida del país, y eso también le había significado una reducción en el cobro de ciertos servicios. 
 
Por otro lado, eran las aristocracias (por llamarlas de algún modo) quiteñas las que habían perdido la guerra civil entre conservadores y liberales. Y el país se encontraba en una grave crisis de inestabilidad. Al colegio San Gabriel asistían los hijos de la clase pudiente de Quito, niños y adolescentes a quienes se les machacaba día con día y hora con hora, que el Ecuador, otrora país consagrado al Sagrado Corazón de Jesús, ahora vivía en pecado, pues Alfaro, entre otras cosas más palpables y en el fondo mucho más importantes desde el punto de vista pecuniario, les había "quitado a Dios" (¿será eso posible?). 
 
Desde la conquista española y la imposición de una religión cuyos dioses (no me voy a enredar en el lío que le costó la vida, entre otros, a Miguel Servet) eran masculinos sosteniendo en precario equilibrio un taburete de tres patas, la figura de la MADRE, precisamente porque la teología le concedía menor importancia, cobró una gigantesca importancia, pues la religión y la cosmovisión indígenas tenían un fuerte componente de energía femenina con todas esas ideas de la Pacha Mama y de tales. La virgen de la Merced había, supuestamente, comandado los ejércitos de Bolívar, en un esquizofrénico enfrentamiento con ella misma, pero en su advocación de virgen de los Remedios. Y en el tiempo en que el Indio Alfaro nos había "quitado a Dios", las clases populares de Quito se declaraban hijos de la virgen de la Merced pero parece que las élites estaban huérfanas de madre, o no les hacía tanta falta. 
 
El 18 de abril de 1906 la ciudad de San Francisco, California, hermana de Quito, Luz de América, había sido asolada por un espantoso terremoto. Y el 20 de abril, mientras los niños internos y semiinternos del colegio San Gabriel almorzaban escuchando el pavoroso relato y haciendo comentarios sobre la tragedia, algunos de ellos advirtieron que la virgen de los Dolores del cromo del comedor parpadeaba, como dando muestras de perturbación y angustia. Según dicen los niños que observaron el 'portento', el dibujo parpadeaba, aquello de que 'lloró', vino después, tal vez porque, como el dibujo ya ostentaba sendas lágrimas perladas en las mejillas, eso unido al parpadeo provocaba la ilusión óptica de que las lágrimas rodaban por la cara. 
 
Bueno, el caso es que la Virgen de los Dolores no se sentía bien. Digamos que lloraba, o que contenía el llanto, o que iba a empezar a llorar en medio de parpadeos. ¿Y por qué lloraba, la virgencita? Pues... adivinen... Porque el indio Alfaro nos había quitado a Dios. O más concretamente, porque Alfaro le había quitado a la Iglesia Católica una parte (que no todo) de la omnipotencia de épocas anteriores.
No estamos para desconfiar de lo que los niños que almorzaban entre el triste relato del terremoto y la concurrente repetición de la tragedia nacional de ya no ser el país del Sagrado Corazón de Jesús vieron en el cromo de la virgen. Y tampoco vamos a manifestar nada al respecto. Lo que sucedió después fue que el cuadro del comedor fue llevado a la capilla del colegio, en donde al poco tiempo ya no lucía el sencillo marco de madera, sino un ostentoso marco de pan de oro. Y también que las élites quiteñas tuvieron por fin una madre, que además lloraba permanentemente por el descarrilamiento de todo el país. 
 
Casi seis años después, quizá para ver si la Dolorosa del Colegio (como pasó a llamarse) dejaba de llorar (cosa imposible, porque las lágrimas estaban bien dibujadas en el cuadro y habría habido que rasparlo, borrarlo... profanarlo, en fin), una turba enfurecida, pero muy católica (se autoproclamaba así) linchó a Alfaro y sus compañeros, humilló los cadáveres de todas las formas posibles y terminó incinerándolos mientras gritaba "¡Abajo los masones! ¡Viva la religión!" en lo que ahora es el parque de El Ejido en un macabro aquelarre que el historiador y escritor Alfredo Pareja Diezcanseco llamó "La hoguera bárbara". 
 
La virgen, como es de suponer, ni lloró más, ni dejó de llorar ante los sangrientos sucesos. Pero no importaba; habían castigado , entre otras cosas, al supuesto causante de su llanto en una masacre que sería cualquier cosa menos cristiana, al menos en lo que al quinto de los diez mandamientos se refiere. Pero la Dolorosita del Colegio se quedó como el ícono de la religiosidad de la clase media y media alta de Quito. Es la arquetipo de madre de todos los alumnos y ex alumnos del colegio San Gabriel. Y por extensión, la madre de sus familias y de toda la aristocracia católica quiteña de esa época y las que siguieron. 
 
Hoy, Daniel Tello, artista visual, ha realizado una obra en la cual mimetiza en la imagen de la virgen Dolorosa a la figura de María Paula Romo, la Ministra de Gobierno adorada por la Policía, cuyos excesos defiende a capa y espada (después de todo, ella los ordenó).
Hay gente irreverente que alaba la obra. Otros se conduelen de que semejante personaje sea burlonamente equiparado a la Virgencita (así dicen) o a la Dolorosita (como también la llaman, cariñosamente). 
 
Es un dilema difícil de resolver, pues la gente se aferra a sus creencias y se siente irrespetada cuando se 'profanan' de alguna manera sus iconos sagrados. Y la virgen, como ya lo dijimos, es la Madre.
Pero... dado el sesgo de la historia y de la religión, la Virgen Dolorosa no es precisamente la madre de los pobres ni de los condenados de la Tierra. Es la imagen que sufre porque a la iglesia que la venera le han quitado el poder y le han disminuido la riqueza. Es la que ampara al banquero más conspicuo del Ecuador y la que preside cada uno de sus locales. Es la que mira asesinar, vejar, arrastrar y humillar al hombre que quiso transformar un país que era para los hacendados y convertirlo en un país para la gente... y calla. Y deja de llorar. Y hasta capaz se tranquiliza porque se siente vengada. 
 
Ese es el sentido que se le dio a la Virgen Dolorosa. Y para peor, también el chantaje moral de presionar para que sus hijos la quieran y obedezcan porque los manipula con su llanto. Como hicieron conmigo en el colegio, como han hecho con todos y cada uno de los alumnos del Colegio San Gabriel hasta el día de hoy. 
 
Entonces, si bien la virgen María, como arquetipo y representación de una creencia popular es respetable, también sería un poco mejor mirar más allá, más adentro y más profundamente el uso que se ha hecho de tal imagen, que no es tan inocente, romántico ni puro como se quiere hacer pensar a la población. 
 
Adjunto tres imágenes de la virgen de Dolores. Esa pobre mujer que ni siquiera sabemos si existió, pero que vive llorando a mares, no tanto por su Hijo, que al fin y al cabo se supone que resucitó, sino porque nosotros somos malos porque el "indio" Alfaro nos quitó a Dios, y porque en últimas la Iglesia ya no manda sobre la faz de la Tierra como lo hacía antes.

CON LA VIRGENCITA NO SE METAN (CON CUALQUIER OTRA COSA, VAYA Y PASE)

 

Hace algunos años, en tiempos del alcalde Augusto Barrera, un joven artista iconoclasta cuyo nombre se me ha escapado de la memoria y no lo quiero rescatar, decidió aprovechar que habían convertido en museo popular una parada de bus abandonada en el barrio de Carcelén, y realizar allí una exposición de una serie de imágenes y pinturas irreverentes con la religión católica. Según cuentan, una de las imágenes más perturbadoras era la del Divino Niño haciendo la 'mala seña' con su infantil manecita. 

A pesar de mi vecindad con el sector, nunca pude ver la exposición. No duró ni dos días en el lugar. La población del barrio se sintió tan ofendida que, olvidando mandamientos muy importantes de su líder, quiso linchar al artista e incendiar la improvisada sala de exposiciones. El alcalde Barrera, a pesar de todo su progresismo manifiesto (después supimos que no era tanto) ordenó retirar la exposición. Y tal vez hizo bien, siempre es preferible un artista silenciado a un artista incinerado en una plaza pública, como si fuera la Edad Media. 

Ahora último también hay un barullo digno de mejor causa (a mi juicio) porque el artista Daniel Tello ha realizado un collage en donde aprovecha como base la imagen de la Dolorosa del Colegio para colocar en ella el rostro sonriente de la ministra María Paula Romo sujetando en sus manos una bomba lacrimógena caducada, una boina de militar o policía, y unas cuantas balas. La idea, según se parece entender, es ironizar sobre la 'divinización' de la personera en medios policiales y castrenses. 

No sé si quieran linchar a Daniel Tello. Y obviamente no han intentado destruir ninguna edificación porque la obra circula en redes. Pero hay una indignación tal cual hubieran mentado a la madre a una gran parte de la población. La gente responde cosas como: "Respeten nuestras creencias", "No ofendan a la madre de Dios" (¿Dios tiene madre?), "Virgencita, tú sabes que yo te amo"... cosas así. Creyentes e incluso algunos no creyentes defienden a capa y espada a la imagen que vino a llorar por el triunfo de la Revolución Liberal hasta que lincharon a los Alfaros y luego siguió con la cara triste por si acaso volviera a suceder algo parecido. 

¿Por qué esa defensa tan acérrima de una imagen imaginaria y grabada en un papel quizá normal y corriente? Ni siquiera representa a la Virgen María, si existió, pues debió haber sido una mujer semita de su tiempo, no con un uniforme azul y blanco de monja, sino con otra indumentaria, más tosca quizá y en otros tonos. Algunos dicen: "es como cuando tú tienes en tu billetera la foto de tu mamá"... ¿En serio? La foto de mi mamá ES eso: la representación de mi mamá, una imagen captada de mi madre real en un momento que sucedió. Incluso si fuera el retrato de mi madre, se basaría en ella, en su imagen real. Pero si yo tomo una foto cualquiera de una señora, o de una actriz como decir... Sofía Loren con un vestido parecido a alguno que tenía mi mamá, y le ando diciendo a todo el mundo que representa a mi mamá y por eso hablo con ella, le doy besos y si me la quitan o la vejan de algún modo armo un relajo de Dios es padre, pues... ¿qué pensarían? Peor si alguien se imagina cómo es mi mamá y la dibuja según su creencia... 

La gente está dispuesta a fajarse cuerpo a cuerpo, insultar, matar, quemar un museo y linchar a un ser humano por defender las representaciones de sus creencias. Y no solamente pasa en el catolicismo, aparentemente ocurre con cualquier tipo de creencia. Eso, para empezar, no habla muy bien de sistemas de creencias que proclaman la igualdad, el amor y la paz como base de su doctrina, porque no se han logrado implantar en la consciencia de los seguidores. ¿Dónde está, por ejemplo, el famoso "ama a tus enemigos" en la turba que pretende linchar al artista de Carcelén? ¿Dónde se puede encontrar el "perdónales, porque no saben lo que hacen", en quienes insultan y agreden de palabra a un señor que ha hecho un collage con la imagen de un engendro del mal en el lugar del venerado rostro? ¿Dónde, el "misericordia quiero, y no sacrificio" en la desesperación por incendiar el museo de la sacrílega exposición para 'desagraviar' a Dios? 

¿Dios necesita un desagravio? ¿No le darán risa las supuestas 'agresiones' de seres que para él deben equivaler a una partícula de polvo cósmico?

¿La Virgen María se ofende de verdad porque se usa una imagen que ni siquiera la representa fidedignamente para criticar a un personaje de la política? 

¿Son tan frágiles y quisquillosas las divinidades del cristianismo? 

Y por último, si lo son, siempre tienen el recurso del infierno para vengarse... ¿o no es eso lo que predican los creyentes que, en determinado caso, no deberían verse tan urgidos por el desquite, pues en alguna parte del Libro Sagrado dice "Mía es la venganza, dice el Señor"? 

Mientras tanto, el calentamiento climático avanza, el virus hace de las suyas y la maldad campea en el planeta. Mientras tanto, Moreno, Romo y sus secuaces siguen rifándose el país con la anuencia chaperil. Pero eso puede esperar... En cambio, ¡la Virgencita! No, pues. Hay que por lo menos reclamarle al hereje. 

Pero en fin, una cosa buena sale de todo esto: la cara de Romo es una falta de respeto hasta para los devotos de la Dolorosa, eso es evidente. 

martes, 3 de noviembre de 2020

QUERIDO JORGE NÚÑEZ...

Era una inexperta articulista en El Telégrafo del gobierno anterior cuando escribí un artículo en donde pretendía dar una mirada transgeneracional del conflicto entre los hermanos Correa. Cuando lo publiqué, inmediatamente apareció en mi correo la nota afectuosa de Jorge Núñez Sánchez, sus elogios bien pensados, descriptivos, efusivos hasta un punto, pero sin caer en la zalamería. Su aguda visión, su entendimiento claro, su lectura más allá de las simples palabras se manifestaron en varios otros comentarios sobre mis artículos de novata opinadora, siempre con el mismo afecto y precisión.

No recuerdo cuándo fue nuestro primer encuentro. Es de esas amistades que se van sembrando de a poco. Compartiendo eventos, entretejiendo momentos, y sobre todo coincidiendo en la visión del mundo, la historia y la política.

Alguna vez, encontrándome urgida por una crisis económica, publiqué en redes una publicidad de corrección de textos. Y él, siempre respetando mi dignidad, pero comprendiendo mi necesidad, se apresuró a apoyarme con la tarea de corregir unos cuántos volúmenes que estaba preparando la Academia Nacional de Historia.

Recuerdo las palabras que compartimos a poco del fallecimiento de su madre. Cómo me confió, sin vergüenza ni recelo lo doloroso de aquella pérdida, más allá de su condición de hombre maduro y sensato. Y juntos abrimos el corazón sobre las pérdidas y los dolores de esas anclas en la vida que son los padres.

Cuando mi padre falleció, fue su mensaje cálido y afectuoso, evocador de lo que habían compartido al trabajar juntos en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central, uno de los que más recuerdo y que más consuelo me trajeron.

Quedó trunco un proyecto editorial en conjunto. Pero sobre todo recuerdo la afabilidad con que nos recibió en su casa hace ya algún tiempo, y su presencia en una de las presentaciones de uno de mis libros, cuando me dijo que había que ver cómo hacíamos público mi poema a Jorge Glas.

Querido Jorge, ahora que nos has dejado, pienso con tristeza en todo aquello que quizá pudimos haber compartido y no se nos dio. Pero agradezco el privilegio de tu amistad, de tu deferencia, de tu cariño y solidaridad. Son de esas luces de mi vida que no se apagarán jamás. Trataré de honrar tu ejemplo de amistad y de integridad siempre. Y siempre te llevaré en mi corazón como una de las mejores personas que tuve la fortuna de conocer.

Que haya paz en tu viaje definitivo. Y si hay recompensa por lo entregado, seguro la tendrás, repleta de luz y felicidad.

Hasta pronto Jorge. Que tu luz brille inextinguible entre quienes te queremos, te extrañaremos, y sobre todo en medio de la oscuridad de este país que siempre necesitará personas como tú.

Nos harás mucha falta en el camino

 

martes, 13 de octubre de 2020

LAS ESTATUAS

Hace muchos años, durante el breve gobierno de Jaime Roldós, el rey de España, Juan Carlos de Borbón, de quien todavía no teníamos las noticias que tenemos ahora, visitó el Ecuador y en un gesto de cierta simpatía, no sabemos cuán sincera, quiso colocar una ofrenda floral en el monumento a Atahualpa, que hasta él daba por sentado que teníamos aquí en Quito. Y pues no. No había. O sí, me equivoco: había. Era una pequeña efigie, verdosa de orín, de menos de un metro de alto, semioculta en el jardín del retiro de una casa particular venida a menos, en medio de chatarra y artilugios de mecánica. Entonces se decidió que pusiera la ofrenda floral en otra parte, y mejor para Atahualpa, que no habría resistido la ofrenda de semejante ficha, pero en fin... 

¿Por qué hasta ahora no tenemos una estatua de Atahualpa, el emperador inca exterminado por la conquista, en ningún lugar visible ni destacado de la ciudad en la cual reinó, y en cambio contamos con una estatua de Sebastián de Benalcázar en una plazoleta del Centro Histórico, otra de Colón, que preside un parque en el Centro Norte, y una pequeña estatua de la reina Isabel la Católica en la entrada de un barrio llamado La Floresta en donde cada calle tiene el nombre de una ciudad, región o pueblo de España? 

Cada doce de octubre las estatuas mencionadas aparecen vandalizadas: pintadas de rojo para simbolizar toda la sangre que se derramó en el cruento proceso de la Conquista y la Colonia, con letreros alusivos a esa parte sombría de la historia que se oculta en los libros de texto y las sesiones solemnes de celebración de las fundaciones españolas de nuestras ciudades. Entonces los defensores de la 'hispanidad' se erigen sobre su metro y medio de estatura (altura promedio de esta casta) y reclaman, y se indignan, y no solamente eso, sino que protagonizan actos de desagravio que tienen bastante de histriónico y mucho más de ridículo, como ir a entregar simbólicamente un ramo de rosas rojas a la estupefacta e impasible efigie de la reina genocida de árabes, judíos e indios, en desagravio porque aunque sea simbólicamente alguien le ha dado una sopa de su propio chocolate. 
 
Se supone que las estatuas sirven para recordarnos el pasado. Para mostrarnos quiénes son los próceres, los que construyeron lo que llamamos Patria y en últimas un gran ejemplo a seguir. Sin embargo, las estatuas también forman parte de una imposición ideológica difícil de eludir. Tal vez por eso, cuando los valores de una sociedad cambian, o cuando han sido símbolos de opresión, la población se vuelve contra ellas, recordemos si no la efigie de Lenin siendo derrumbada durante la caída del muro de Berlín, algo que no ha censurado ninguno de los que sufren hasta el paroxismo por la vandalización de las estatuas del imperio español, aunque él también tenga un lugar importante en la historiade la humanidad.

En lugar de vociferar, de dar vacías proclamas de hispanismo arrbista y provinciano, deberíamos preguntarnos por qué un sector de la población se empeña en visibilizar la parte sombría y sangrienta de un proceso que no fue el idílico encuentro entre dos mundos, como se nos quiere vender la idea, sino la sangrienta y genocida imposición de una parte del mundo sobre otra para lanzarse con voracidad sobre los recursos naturales, impulsados por una codicia que hoy por hoy ha llegado al extremo de llevar al planeta al borde de la destrucción. Negarse a verlo, negar la sangre de las masacres, el imperio de muerte que trajeron sus virus y bacterias y la tiranía y crueldad con que se realizó se acerca más a la estulticia que a la reconciliación. Y si bien en lo que somos están ambos lados, quizá no es necesario el permanente recordatorio del sojuzgamiento con el objetivo de que sigamos siendo sumisos y sintiéndonos inferiores por no ser tan peninsulares como quisiéramos.

jueves, 1 de octubre de 2020

LO QUE NO SE DICE


En la última década del siglo pasado, en algunos estados de la Unión Norteamericana, las tasas de criminalidad descendieron dramáticamente. Como era algo de desear para todo un país aquejado por una violencia y una delincuencia bastante intensas, se realizaron muchas investigaciones para comprender el porqué del fausto suceso, pero no se encontraba una correlación significativa ni con los factores biológicos, ni con la educación, ni siquiera con las variantes de la aplicación de la pena de muerte, pues se demostraba una vez más que no tenía ni pizca del poder disuasivo que tanto se le atribuye. 

Al cabo de un tiempo, y después de hacer una investigación de tipo histórico, se descubrió que, entre otros factores quizá no tan significativos, una de las pocas constantes que se habían dado en los estados en donde descendió la criminalidad era que, veinticinco o treinta años antes, se había despenalizado el aborto. 

Ese es el dato. Y las interpretaciones pueden llover, así como el airado reclamo de los detractores del tema que son pro-vida pero para nada pro-paz y peor pro-cortesía. Sin embargo, da para pensar. Y da para pensar porque, en mucho, los movimientos conservadores pro-vida suelen, curiosamente, aprobar la pena de muerte, o sea que son pro-vida mientras el individuo no nazca. 

No es un tema sencillo, este. Y por eso mismo no admite soluciones simplistas. Ya hablamos en un artículo anterior sobre los memes aquellos que hacen gala de grosería y procacidad (aunque supuestamente la procacidad no es de ese lado) en donde se les habla a las mujeres de usar preservativos (¿en dónde, wey?), se las acusa de calenturientas y hasta se las censura por no depilarse las axilas ni la línea del bikini. Además, se llama 'bebé' al embrión, se carga la responsabilidad exclusiva del hecho a la mujer y se desconoce que muchísimos abortos suceden a causa del abandono que sufre, o porque se trata de menores de edad, casi prepúberes que han salido en gestación después de horribles situaciones de incesto y abuso por quienes deberían cuidar de ellas y no ofender su pudor ni su inocencia. 

Siempre es la mujer la que recibe los reproches y las críticas en estos casos, incluso por parte de otras mujeres, que blanden como verdades científicas versículos de la Biblia o fragmentos de las encíclicas; de los mismos hombres, como si los miembros de su género no tuvieran nada qué ver en los embarazos, ya sea por imprevisión (porque el órgano ad hoc para el preservativo está en el cuerpo masculino, váyanse enterando), calentura (porque rara vez es solo de la mujer) o ataque directo, ya sea por abuso, violación o incesto, y de unas estructuras legales que no piensan en aquellas personas a quienes se deben, sino en las componendas y pactos que les servirán para seguir manteniendo el poder, la ganancia y el control. 

Pero además, los poco difundidos datos estadísticos norteamericanos respecto de las tasas de criminalidad en los años 1990 dan cuenta de otra cosa de manera dramática: un embarazo no deseado no es solamente un problema de salud pública en el momento en que ocurre. Sus consecuencias, muchas veces nefastas, pueden seguir haciendo olas hasta veinticinco o trenta años después. Y viceversa.

lunes, 7 de septiembre de 2020

UNA CASA MÁS

Estuve ahí cuando la inauguraron, hace ya un poco más de doce años. Mi vida hacía olas, y grandes, sin embargo, el bar y restaurante La Estación, que había empezado en la calle Almagro, más o menos entre Wilson y Pinto, se convirtió en uno de esos hogares que tenemos todos quienes amamos la buena música y nos cobijamos en la amistad en momentos complicados. 

No importa su ubicación. Yo conocí tres: Almagro, Pinto, y la última, alucinante y original, en la Francisco Andrade Marín. Y en las tres viví momentos inolvidables porque, más allá de cualquier filiación con sus propietarios y administradores, siempre encontré en ella calidez, acogida, buena vibra y disfrute. 

Como ese "Cafetín de Buenos Aires" del tango, La Estación es de esos lugares entrañables, cuyas memorias se atesoran no solamente en la memoria, sino también en el corazón. Si hay un hilo conductor en esa memoria sentimental es la buena música, los momentos agradables compartidos a media luz y con una banda sonora inolvidable, tanto de música ambiental como de inmejorables shows en vivo con lo mejor de la oferta nacional en muchos géneros y estilos. 

Y es así como hoy por hoy La Estación se sigue sosteniendo: a través de la manifestación quizá más pura y profunda del alma y la emoción humanas, la música. Continúa reeditando nuestros recuerdos, nuestros deseos, y acompañando todos nuestros momentos en medio del encierro y el peligro a través de aquello que más conmueve y nos hace más humanos. 

Cuántas veces La Estación de Quito llenó de alguna forma algún vacío de nuestro corazón o simplemente la necesidad de buena compañía o el deseo de disfrutar un momento agradable en alguna noche de viernes, o de cualquier otro día. Y ese lugar acogedor siempre y siempre dispuesto para entregarnos un instante de esparcimiento hoy, al igual que tantos otros, necesita que la miremos y que retribuyamos de alguna manera la acogida que nos ofreció y el placer que nos brindó. 

Volverán los días de reunión, amistad, buena música en vivo y calor en el corazón. Por el momento, mantengamos la memoria, y el deseo de que vuelvan mejores días para todos. Mientras tanto,  esperamos a que se reabran sus puertas cuando el peligro haya pasado de verdad. 

Y no la olvidemos, pues ya forma parte de nuestra memoria sentimental.


miércoles, 2 de septiembre de 2020

EN DEFENSA DEL TRINOMIO CUADRADO PERFECTO... Y OTRAS COSAS

El meme parece muy ingenioso, y puede ser que lo sea. Es muy posible que después de terminar el tercer curso de secundaria, lo que ahora sería décimo EGB, ninguno de nosotros, ninguna de nosotras haya vuelto a usar el trinomio cuadrado perfecto, ni el análisis gramatical, ni la perceptiva literaria ni quién sabe cuántas cosas más. Y no es esta una defensa de la educación tradicional. Es la búsqueda de una explicación a ciertos procesos, nada más. 

En las aulas de un colegio donde trabajé, era frecuente la pregunta de algunos estudiantes, y sus padres: "¿Y esto, para qué nos va a servir?". Me gustaba poner la cara más inescrutable de mi repertorio, y responder: "Para nada". Los dejaba callados. Fríos. Porque... ¿qué es 'servir', en este caso? 

En el mundo del siglo XXI, cuando parecía que íbamos a madurar un poco como especie pero en seguida los poderes oscuros del mundo se entronizan en ese pulpo de mil tentáculos al que conocemos por mal nombre como Neofascismo, todo aquello que no produce dinero parece inútil, y todo lo que no sirve para fabricar un objeto físico vendible es mirado con sospecha. 

Pero... ¿saben para qué les sirvió el trinomio cuadrado perfecto, ese que nunca más usaron? ¿Y el análisis gramatical? ¿Y el conteo de versos de un poema y de sílabas de un verso? Les cuento: mientras se aburrían haciendo esas 'inútiles' tareas, sus neurnoas, y las dendritas, y los axones de sus neuronas desarrollaban nuevas conexiones, se comunicaban entre ellas de manera que nunca lo habían hecho, se hacían amigas a través de la sinapsis más orgiástica que se pueden imaginar. 

Y se me ocurre que es gracias a esas conexiones neuronales que los cerebros se despertaban, quizá se abrían ojos y se comprendían mejor ciertas realidades. Quizá no utilizarían el trinomio para cosas concretas, pero mientras se rompían la cabeza haciendo los inefables ejercicios del Álgebra de Baldor, o de quien fuera, algo sucedía por lo menos a nivel neurológico. ¿Qué importaba que cuatro años después no lo volvieran a usar, así como no volvieron a leer un libro de literatura o investigar un tema de historia o geografía? Pero en ese momento, con sus cerebros todavía en desarrollo, los trinomios cuadrados perfectos y otros ejercicios de factorización, el pretérito pluscuamperfecto y otros perturbadores tiempos verbales, el triste y forense conteo de rimas o la tediosa interpretación de tropos ayudaba a que esos cerebros despertaran y luego pudieran evaluar de mejor manera la realidad y lo que en ella no se ajustaba a una corrección lógica ni ética. 

Han pasado muchos años, y la educación también ha cambiado, aparte de que la tecnología ha suplido muchas de las habilidades de cálculo y otras similares que en aquellos aburridos tiempos se le delegaban a la capacidad neurológica de las personas y su fortalecimiento, casi casi como el movimiento sostenido de una extremidad puede fortalecer y habilitar un músculo. 

Entonces ahí se comprende por qué ciertos sectores se han opuesto siempre a la instrucción de los pobres, de las mujeres, de los niños de familias obreras. Por qué se ha estratificado la educación de los que mandan y de los que obedecen. Por qué ahora muchas personas pudientes de países desarrollados quieren liberar a sus hijos de la tiranía de teléfonos celulares y otros dispositivos cuya única función parecería ser la de atrofiar la más pequeña destreza investigativa o el más simple razonamiento. 

¿Y para qué nos va, ahora, a servir todo esto? Pues... se lo dejo de tarea.

miércoles, 12 de agosto de 2020

LA BUENA NOTICIA SIEMPRE ES CULTURAL

 

El próximo mes de octubre la escritora ecuatoriana de literatura infantil y juvenil, Edna Iturralde, recibirá del ayuntamiento de Alcalá de Henares el premio Cervantes chico, un equivalente al premio "Hans Christian Andersen" o al Nobel de la literatura infantil en Castellano. 

Edna es una prolífica escritora de historias para niños y jóvenes (tiene en su haber alrededor de cuarenta títulos), en su mayoría situadas en escenarios de Ecuador y siempre relacionadas con los verdaderos y  profundos valores del alma humana que merecen ser resaltados para que la especie crezca y no se pierda enredada en los hilos de la ambición y la estulticia. 

Algunos de sus títulos más destacables: Verde fue mi selva, Lágrimas de ángeles, El misterio de las bolitas de colores, Cuando callaron las armas, ... y su corazón escapó para convertirse en pájaro... entre otras. 

El ayuntamiento de Alcalá de Henares ha decidido este premio, aparte de por el gran aporte de Edna a la literatura infantil y juvenil, por la introducción en sus obras de la etnohistoria, la multiculturalidad y la interculturalidad. 

Felicitaciones a Edna Iturralde, quien, en estos momentos en que la política y la economía solamente traen noticias desoladoras y preocupantes, refresca el espíritu nacional con la buena nueva de que también hay ecutorianos que, con su trabajo constante y esforzado y la maravilla de su arte, saben poner en alto el nombre del país, que no solamente es desgobierno y escándalo, sino también la labor de sus artistas, creadores y gente de bien, que quizá no hace tanta bulla, pero sí lo hace mucho mejor. 

En el encabezamiento, el video del programa de #RutaDeLetras, por Hoja de Ruta radio que le dedicamos a nuestra laureada escritora.

sábado, 25 de julio de 2020

EL 'MONUMENTO' (un relato de suposiciones)


Día 1: La señora Alcaldesa Cintia Viteri, mejor conocida como 'Lady Patriot' o 'La bloquea aeropuertos', caminó lentamente por encima de las efigies de cuerpos revueltos en el suelo con que un escultor quiso representar las decenas de miles de muertos por la pandemia en Guayaquil. Para minimizar el impacto, y también para efectos prácticos, se ha cubierto la escena (macabra, para algunos gustos, pero arte es arte) con vidrio de algunas líneas. Y ella también caminó por un ladito, como evitando mancharse los pies con el simbólico vaho de la descomposición. Para el efecto, se había vestido 'casual', y usaba zapatos tenis, seguramente de marca y quién sabe si de algo más de cincuenta dólares. Algunas mentes, que quizá ven más allá del simple espectáculo, se estarían preguntando qué de homenaje tiene hacer un monumento de bajo o alto relieve en el suelo, bajo un vidrio, sí, y posiblemente con algo de iluminación, para que todo el mundo le pase por encima, y no solamente eso, sino para que la alcaldesa, a quien se le atribuye gran parte del desastre, pase caminando por encima a manera de inauguración, haciendo en la 'realidad' lo que ya hicieron simbólicamente ella y todos los del contubernio partidocracia-oligarquía-medios, y no solo en Guayaquil: pasar por encima de todo y de todos para que las 'élites' se salieran con la suya y las mafias en el poder medraran lo más que pudieran aprovechando la coyuntura, no importa el precio. 

Día 2: La gente pasa rauda por encima del relieve, hay que trabajar para vivir. Todavía impresiona. Algunos apartan la vista. Otros se detienen a mirar. Algunos jóvenes hasta se burlan. Una madre con un niño de la mano prefiere cruzar a la vereda de enfrente. Un par de hombres, en una esquina, comentan sobre la figura. 

Día 3: La cosa comienza a normalizarse. Algunas personas, por más que tratan, no recuerdan qué había ahí antes de que se instalara la composición escultórica, cómo era esa vereda dos semanas atrás. Casi todos evitan mirar. Y unas cuantas personas prefieren dar un rodeo o cruzar la calle. Un perro callejero levanta la pata trasera y marca una jardinera aledaña. El viento arrastra unas cuantas hojas secas que se posan suavemente sobre el cristal. 

Día 4: Hay quien, con algo de curiosidad y mucho de morbo, toma fotografías. El paso apresurado de mujeres en tacones astilla imperceptiblemente la cubierta transparente. Un hombre lo empaña con una lodosa huella de zapato después de haber metido, accidentalmente, el pie en un charco del bordillo. El perro de la otra vez hace del número dos sobre el rostro pétreo de una mujer. Por la noche, un borracho vomita sin poder contenerse sobre otra zona del vidrio. No sabe por qué, pero prefiere huir y que no sepan que fue él. 

Día 5: Alguien ha grafiteado, con spray rojo, la palabra que nadie se atreve a decir: ASESIN@S. La gente pasa por un lado. Algo les impide pisar la acusación. Algunos se muerden los labios. Casi todos están de acuerdo. Hacia el medio día, una cuadrilla de empleados municipales raspa el graffitti con espátulas y tinher. 

Día 6: Se repiten los sucesos de días anteriores. Un ratero corre desaforado por encima del cristal, huyendo a toda velocidad con un bolso femenino recién arranchado en la mano. Detrás de él, dos o tres que piensan atraparlo. Regresan sin nada, caminando, exhaustos y frustrados, por encima de la cubierta transparente. Más tarde, dos perros se pelean por un hueso a la luz azulada de la iluminación monumentaria. Hay papeles de caramelo y envoltorios de comida en las inmediaciones. 

Día 7: Amanece. La señora del local más cercano mira el vidrio con un poco de lástima. Luego saca la escoba y el balde con el que limpia su porción de vereda, y barre y trapea cuidadosamente por encima del 'monumento'. Más tarde, una flor violeta se desprende de un árbol y, llevada por una leve brisa, se posa grácilmente sobre el cristal recién lavado. 

viernes, 28 de febrero de 2020

LA RESACA DEL LUNES



Y un gitano sin su honor

es la cosa más peor
[José María Cano]

Debo confesar que entre mis preferencias musicales no se encuentra el canto lírico individual, a no ser que sean oratorios de Bach o Händel, el estremecedor "Lamento de Dido" de Purcell, o la "Bachiana" número 5 de Heitor Villa-Lobos, o sea que la ópera en sí no me mueve el piso [aquí espacio para miradas asombradas, levantamientos de cejas, abucheos y retiradas de amistad]. Me parece mucho más bella la voz bien timbrada pero natural de una persona entonada y emotiva que transmite sentimientos y pasiones antes que la engolada voz impostada de una soprano o un tenor de escuela, salvo excepciones. Y una de esas excepciones fue siempre el tenor-barítono español Plácido Domingo. Lo prefería de largo ante la mal disimulada histeria de Luciano Pavarotti o el engolado tono de José Carreras. Me gustaba el timbre de su voz, la naturalidad de que disfrazaba su impecable técnica, el sentimiento que jamás era menoscabado por el virtuosismo. 

Pero está visto que virtuosismo y virtud jamás serán lo mismo. A este divo de los escenarios le llegó la Némesis para castigar el pecado de Hubris que lo llevó a creerse con derecho a decidir el futuro profesional y artístico de unas cuantas mujeres a cambio de favores sexuales. Y si solamente hubiera sido eso, sería ya bastante grave. Pero no ha sido suficiente. 

El caso de Plácido Domingo y las por lo menos veintisiete denuncias de acoso, abuso y chantaje sexual cuando el cantante ocupó un cargo importante en las óperas de Los Ángeles y Washington no ha puesto sobre el tapete solamente la debilidad humana ante los impulsos de su propia sexualidad, sino el doble rasero con el que se juzga a hombres y mujeres en este tipo de situaciones. 

En primer lugar, gente de no creer lo defiende. Quiere que la calidad de su arte tape la enormidad de su abuso. Y si bien aquí no se trata de juzgar por juzgar ni de hacer leña del árbol caído, también es importante pensar en que esa conducta provocó miedo, rabia y sufrimiento en quienes fueron vejadas por ella. 

Pero más allá de eso, durante mucho tiempo no se atrevieron a denunciarlo porque, aparte de cualquier otro escarnio, eran mujeres, pues está visto que cuando una mujer denuncia, por decir algo, una violación, las primeras preguntas que se le suelen dirigir son casi-casi acusaciones, y no tan veladas: ¿por dónde andaba sola y a qué hora? ¿cómo estaba vestida? ¿estaba sobria o había ingerido alcohol (o cosas peores)? ¿está segura de que su actitud no fue provocativa o imprudente? 

No se ha sabido de ningún caso en donde algún hombre o sus familiares lleguen a denunciar, por ejemplo, un asalto a mano armada con agresión a su integridad física, y se le pregunte: ¿por dónde andaba solo y a qué hora? ¿cómo estaba vestido? ¿estaba sobrio o había ingerido alcohol (o cosas peores)? ¿estaba seguro de que su actitud no fue provocativa o imprudente? 

Alguien dice que los artistas no tienen (o no deberían tener, o no se les debe juzgar por su) moral. Pero sería así si nos refiriéramos a su obra. Ahorita mismo, mientras escribo estas líneas, escucho a Domingo cantar una canción de Mecano con la que he querido ilustrar este artículo. Y no puedo dejar de admirar la belleza de su voz, aunque la verdad dentro de los oídos se me enturbia un poco, nunca será como antes. Pero si bien esa obra no tiene moral, en el hoy por hoy, el ser humano ha cometido acciones censurables, y entre otras cosas, no se puede permitir que las siga cometiendo, por una parte, y por otra, debe haber una consecuencia. Si a un niño que ha robado algo en una tienda se le obliga a devolverlo y se le quita la mesada durante un mes, no se diga a un adulto que abusa de la ilusión de jóvenes artistas que quieren cumplir una meta, y que pretende ofenderlas y agredirlas en lo más íntimo y sagrado, como es su vida sexual. 

Cuando estalló el escándalo, Plácido Domingo se quejó, dolido: "No se les puede decir nada a las mujeres". Y claro, a una muchacha que aspira a tener una brillante carrera operística no se le puede decir: "Ven esta noche a mi departamento". Debería saberlo, ¿verdad? Así como no se pueden tocar ciertas partes de su cuerpo sin permiso. Eso también forma parte de la excelencia y de la virtud más allá del virtuosismo. 

Alguien dijo también, compasivamente, que se censura a un gran artista por 'un momento de debilidad'... ¿Veintisiete denuncias evidencian UN momento de debilidad? ¿Es en serio? ¿Qué pasó cuando Winona Ryder tuvo un verdadero momento de debilidad en una tienda y su cleptomanía se desató? Para ella, dentro de la industria cinematográfica nada nunca volvió a ser igual. No importaron su belleza, su impecable presencia ante las cámaras ni su genial calidad interpretativa. Se acabó. Confinada al papel secundario hasta que apareció Netflix. Nadie abogó por ella. Nadie fue capaz de poner sobre el tapete la verdad científica de que la cleptomanía es un trastorno, una enfermedad. No. 

Pero ante el patrón repetitivo de una conducta deleznable hay quien se duele del pobrecito Plácido Domingo y está a punto de canonizarlo porque ha reconocido la gravedad de sus acciones. Como muchos acusados de cualquier cosa, acaba reconociéndolo porque no hacerlo sería más vergonzoso. Pide perdón porque de omitir esta acción quedaría como un psicópata maniático sexual, no por otra cosa. Y no solamente eso: solamente terminan de creer a las mujeres que lo denunciaron cuando él lo corrobora. O sea, que el escarnio es femenino, no cabe la menor duda: debería llamarse escarnia. 

Triste cosa son las aparatosas caídas de los ídolos; pero mucho más triste es el sentimiento de que a la mitad de la humanidad todavía le queda mucho trecho en el camino de los derechos por conquistar. Recuerdo con ira y dolor cuando me enseñaron que la palabra 'testigo' en castellano siempre era masculina. Cuando comprendí el porqué, la verdad me valió madres la gramática. Y me gustaría algún rato ser testiga de que las cosas cambien para nosotras, por lo menos en lo que a credibilidad ante la agresión se refiere. De verdad.

martes, 14 de enero de 2020

LO PEOR Y LO MEJOR



Una información no confirmada y difícil de comprobar dice que el 30 de septiembre del año 2010, el entonces vicepresidente Lenin Moreno se encontraba en Guayaquil, observando el desarrollo de los acontecimientos en algún hotel de lujo, y no precisamente en compañía de personeros de la Revolución Ciudadana, sino con representantes de las cámaras y otros miembros de la partidocracia que había visto mermados sus intereses durante los anteriores tres años de gobierno. Cuentan, además, que en aquel momento y dependiendo del desenlace, estaba listo y presto a asumir el cargo para seguir las ‘indicaciones’ de sus acompañantes en cuanto se definiera la situación ‘a favor’ de que así fuera. Eso no ocurrió, y seguramente entonces, o ya desde antes, se puso en marcha el ‘plan B’, que posiblemente sea lo que estamos sufriendo en estos días.
Como toda trama perversa y bien urdida, no le consta a nadie y quizá es mejor no andar por ahí. Pero sí resulta obvio que las actuales circunstancias no nacieron de un súbito resentimiento ni de una envidia personal, sino de un muy bien armado plan de traición y deslealtad en donde -es obvio- Lenin Moreno no fue precisamente un convidado de piedra, y en donde es más que seguro que ni él ni otros funcionarios actuaron ni siguen actuando por puro amor a la causa.
Por eso, en medio del desconcierto, sorprenden agradablemente actitudes y acciones de otros personajes de la vida política nacional y latinoamericana que, más allá de cualquier ambición o conveniencia personal, optaron por el difícil camino de la lealtad y la consecuencia. Pongamos por caso el ejemplo del vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera. Tal y como va la política latinoamericana, tal vez pudo ‘negociar’ para quedarse en el cargo ofreciendo privilegios a ciertos estratos y estamentos del sector golpista, como han hecho muchos. Sin embargo, no cedió a ninguna tentación, temor ni presión externa. Cuando Evo Morales renunció, él también presentó su renuncia, y salieron juntos de Bolivia hacia el exilio.
De igual manera, cuando la Asambleísta Sofía Espín tuvo que abandonar el país debido a un turbio y cuestionable proceso de destitución y persecución, su Asambleísta Alterno, Rony Aliaga, asumió el cargo no para ‘virarse’, como también se ha visto en unos cuantos casos, sino para apoyar las causas y los ideales del cargo para el que ella fuera elegida. Esto le ha costado a Rony persecución y, más que eso, un constante acoso en medios, en redes, incluso amenazas de muerte y otras agresiones desde el gobierno central; pero ninguno de esos embates ha hecho flaquear su espíritu ni ha torcido el rumbo de su lealtad.
El tercer caso viene de un joven empresario, compañero de fórmula de Paola Pabón para la prefectura de Pichincha, quien aparte de lealtad, ha sabido moverse con sagacidad e inteligencia en medio del inmisericorde acoso y la denodada persecución, aprovechando la promulgación de medidas cautelares por parte de la CIDH para los presos políticos del régimen de Moreno para otorgar vacaciones tras el fin de la licencia sin sueldo de la Prefecta y además para prestar su propio contingente de Prefecto Subrogante y así apoyar la continuidad política del cargo.
Gestos como los de García Linera, Aliaga y Tonello hacen pensar en que también la bondad, la lealtad y la limpieza de alma pueden tener lugar sin ser oprobio en el campo del accionar político de nuestro país, pues han puesto lealtad allí donde hubo artería y dolo; consecuencia allí donde reina la conveniencia; y fidelidad a personas y a procesos allí donde la ambición y el odio parecían haber penetrado con sus tentáculos ponzoñosos.
Sería de desear que poco a poco la mentalidad política de las nuevas generaciones vaya mirando con admiración hacia estos ejemplos, y no a los que pretenden regresar a nuestros países a la era de colonización, represión y abuso de la que algunos visionarios pretendieron salir hace algunos años.