martes, 29 de abril de 2014

VI UN BEATLE DE VERDAD


Es típico que cualquier cosa de la vida termina volviéndose hacia la infancia. A la vieja casa del barrio de San Roque donde la música no paraba nunca. Donde aprendí, al menos en el aspecto musical, a tener un gusto que me ha costado más de un rechazo, pero no importa. Ahí, entre otras cosas, sonaban The Beatles. Y era lindo. Y los niños veíamos Plaza Sésamo y los títeres cantaban Help, All together now y enseñaban a contar con los números del Submarino Amarillo. Y mi tía tenía el álbum Abbey Road entre sus discos favoritos. 
Así va creciendo una, lo poco que puede. Y la vida de la gente del siglo XX es diferente a la de los siglos anteriores porque tiene banda sonora. Y la banda sonora de la vida de cada uno se vuelve entrañable. Porque los deberes del colegio se hacían al lado de un pequeño radio de pilas en donde desde la desaparecida Radio Musical las voces del cuarteto de Liverpool acompañaban las ecuaciones y los análisis literarios y los cuestionarios de las Ciencias Sociales así, como acompañan los buenos amigos, sin hacer mucho más que eso, solamente estando. 
Porque en el precario inglés que además nos negamos a aprender en los tres últimos años de la secundaria se dicen esas cosas que hemos sentido, que hemos vivido, que sabemos cómo iluminan o cómo pueden llegar a doler, desde muy temprano ya. 
La tía envejece. La casa se deja. Gente va, gente viene. Solo la música queda, como un aroma que permea la memoria. Y ahí están The Beatles, aunque ya no sigan juntos, lo cual poco importa para el efecto de seguirlos escuchando. Un día del primer año de universidad, cae el primero, abatido por las balas de un fanático demencial del signo que sea, poco importa eso. Desconcierto: son mortales. Diríamos, en quiteño: han sabido ser mortales. 
Años después, cae otro. Esta vez es el cáncer. Mortales. Y sin embargo, inmortales como sus canciones, como su presencia en el pequeño radio de pilas ahora reemplazado por el toca discos, el toca casetes o lo que sea que venga. Pero ellos se mueren. Y a este país nunca viene (venía) nadie. Ya se sabe: paisito tercermundista, cuya capital roba el oxígeno de los visitantes y que en realidad hay gente que ni siquiera sabe que existe. 
Por eso, cuando uno de los dos que quedan decide venir es algo así como "el sueño del pibe", que dirían en Argentina. 
Y un día feliz para esta ciudad Paul McCartney aterriza en Quito. 
Y es más mirarlo ahí, dueño del escenario, entre el humor y la nostalgia, entre la dicha y esa punzante conciencia de que todo lo bueno siempre dura menos de lo que quisiéramos. Inagotable. Bello. No importa si los altos nos tapan. Nos vamos hacia atrás. Y dice "A Long and Winding Road" como un derechazo directo al nudo de la garganta. Y dice "Blackbird" y no lo podemos creer. Y dice "Here today" (para su hermano John) y nos manda de un plumazo a algún paraíso cercano. Y dice cosas en castellano. Y se ha dado el trabajo de aprender palabritas ecuatorianas como "Achachay", "chévere"  y "Una canción de yapa..." Y dice "Something" (como un guiño a su 'compadre' George) y saca el aire. Y dice "Hey Jude" y enloquecemos. Y sale al escenario. Y no se hace de rogar. Nada. Y bailamos. Y cantamos. Y somos felices con esa felicidad que solo las navidades en la infancia remota eran capaces de provocar tan limpiamente. Y flamea las banderas de su país y el nuestro en un gesto que convierte los recuerdos de la Tatcher en una pesadilla ya olvidada. Y dice "Yesterday" y todas nuestras penas de amor regresan vestidas de ángeles de la guarda, porque eso es la música, porque eso es, eso siempre fue su música: el ángel de la guarda del corazón, aunque no la podamos comprender muy bien.
Alguna vez, en una entrevista muy bella, otro de esos genios que gracias a la vida existieron, Julio Cortázar, dijo que sus dioses estaban en la tierra. Él, que era otro de esos dioses, lo sabía muy bien. Y así es. Aterrizan en Quito cuando menos se espera. Tienen más de setenta años y brincotean como adolescentes en un escenario a 2800 metros de altura. No se cansan nunca. Regalan con su música y sus palabras de nuestro propio léxico un amor más allá de película romántica. Y si son mortales... casi no se nota.

lunes, 14 de abril de 2014

LA PIEL DE LA OVEJA

Me cuentan que el elegido Alcalde de Quito, Mauricio Rodas, está recurriendo a personajes de la Centro Izquierda socialdemócrata e incluso al mismo exalcalde Paco Moncayo para armar su equipo de trabajo en el período siguiente. 
También se filtra en la información que el exalcalde Moncayo está entusiasmadísimo con las propuestas y planes de Rodas. Sorprende, pues en las últimas elecciones estuvo como candidato por Ruptura 25, un movimiento que se promociona más bien como izquierdista, y según todos los medios de comunicación que cubrieron con mucho entusiasmo el triunfo de Rodas sabemos que "La derecha ganó la Alcaldía de Quito".
Pero ahora resulta que Rodas no ha sido tan de derecha. Esa es la idea que está vendiendo, al menos en ciertos ámbitos. Está interesadísimo, por ejemplo, en los temas que constituyen, a mi juicio, el talón de Aquiles de este gobierno: el matrimonio igualitario y la despenalización del aborto. También pretende coquetear con ciertos movimientos animalistas, lo cual resultaría bastante cínico si nos podemos a ver la ambigüedad de su posición ante la abolición de las corridas de toros en el cantón Quito. 
En política, lo sabemos, no hay amistades, sino intereses. Y por otro lado, nada es inocente: es el reino del cálculo, y la traición está a la orden del día. Si bien Rodas jamás mostró su postura ante temas ligados a la liberalización de una ética de comportamiento antes ligada a los valores católicos y tradicionales, ahora quiere pescar, en su política social, a río revuelto: ganar la simpatía de quienes se han decepcionado por la postura ultraconservadora del gobierno actual, y particularmente del presidente Correa ante los temas mencionados. Muy pronto (si no lo ha hecho ya) se pondrá a apoyar a los Yasunidos y a gente por el estilo (aunque bien sabemos cuánto le puede durar), apelando a los nobles sentimientos de la gente, al ecologismo, a la equidad... y tejiendo de esta manera un disfraz de oveja bastante convincente en su camino para convertirse en un candidato que le 'haga calor' a quien presente Alianza País para las próximas elecciones presidenciales.
Hay que ser demasiado inocente para no advertir el disfraz de oveja. Sin embargo, la decepción de algunos grupos es tan grande que  están decididos a hacerse eco del odio de los otros para conseguir lo que el régimen actual les ha negado o de alguna manera ha pospuesto en su particular agenda. Está visto que Rodas coqueteará con todos los estamentos de la sociedad quiteña para conseguir visibilizarse como un adecuado presidenciable, pero basta recordar la experiencia con Yamil Mahuad para ponerse alerta con la factura que nos puede venir en el futuro a mediano plazo. 
De igual manera, no está mal recordar el tiempo en que Lucio Gutiérrez hacía campaña rodeándose de indígenas y haciendo proclamas que hasta a la izquierda le parecían revolucionarias, ofreciendo el oro y el moro al que es y al que no es. Muchos le creímos, y así nos fue.
Tal vez ahora es el momento conveniente para que el Presidente Correa y su equipo echen una mirada a su caduca posición (confesional, además, dentro de un estado laico) ante los temas de moral personal como son el aborto y el matrimonio igualitario. Con las actuales tecnologías de realidad virtual, las pieles de oveja progresista pueden ser bastante convincentes; y cuando el lobo decida dar el mordisco definitivo, es posible que ya sea tarde para tomar medidas.

lunes, 3 de febrero de 2014

TÁCITAMENTE...

Miro, leo, oigo y siento los intríngulis de la disputa SECOM - Bonil, y saco algunas conclusiones:
  1. Personalmente pienso que esta caricatura de Bonil (la de la bronca) no es humorística. Claramente afirma algo que el dibujo solamente corrobora. No encuentro la connotación, la poesía, el humor... ¿o acaso esto estará dado por el dibujo? Se afirma directamente y sin que medie ningún recurso poético o artístico que se hizo el allanamiento para sustraerse información sobre casos de corrupción. No provoca ningún tipo de sonrisa ni está expresada como una opinión (lo que sí sucede con otras innumerables obras del mismo caricaturista). 
  2. Sin embargo de lo afrimado arriba, y colocándome en el lugar del Gobierno y la SECOM, yo no le habría dado importancia. En el momento en que eso se produce, la caricatura y su autor se vuelven más importantes de lo que realmente son, y en el caso concreto del autor se le brinda en bandeja de plata la oportunidad de volverse víctima y sobre todo emblema de la libertad de expresión conculcada por el régimen a partir de lo cual expresará de todas las formas posibles su victimización en todos los medios que forman parte del "Team-de-medios-contra-Correa" al uso. 
  3. El gobierno y sus estamentos entran a formar parte de un juego perverso: como diría Salvador Valadez, hay alguien que se pone en una actitud de "chingar", y chinga, y chinga, y chinga hasta que el otro reacciona con una protesta o con una aplicación de la ley, pues tiene la sartén de la ley por el mango. Entonces el "chingador" se ofende, se victimiza, lloriquea, pone sobre la mesa la carta de sus más santas, sanas e inocentes intenciones, explica a los ignorantes de la SECOM lo que es una caricatura (aunque la caricatura en cuestión no cumpla con algunas de las características técnicas de ese género) o magnánimamente (con ese cinismo que muchas veces permea la magnanimidad) 'perdona' la 'represión' de la que es objeto y queda como un rey o como una reina, aparte de que ya quedó como una víctima o un víctimo. 
  4. Algunos organismos de derechos humanos, nostálgicos de cuando se desaparecía gente por un quítame allá esas pajas, toman partido por los 'afectados' y se quejan a voz en cuello, de todas las maneras posibles y en todas partes de que en este país no-existe-libertad-de-expresión porque nadie puede decir nada. Lo repiten tantas veces y durante tanto tiempo que es imposible no enterarse del asunto y una termina preguntándose si realmente no existe la tal libertad de expresión.
  5. Los artistas del país se solidarizan con el artista sancionado, aunque la caricatura sea, técnicamente hablando, un arte menor...
Mientras tanto, en otras latitudes, un actor muere de sobredosis, un director es asesinado, un poeta se suicida de soledad... y otros dos dejan el mundo cubierto de un impresionante silencio tras su ausencia definitiva. 

martes, 14 de enero de 2014

NADIE ES INOCENTE

No se pueden juzgar las intenciones más profundas de las personas al realizar cualquier tipo de acción. Para hacerlo con integridad y un mínimo margen de error habría que estar en su lugar, o como dice el proverbio de alguna etnia norteamericana "llevar sus mocasines durante un mes". También es muy cierto que cada persona tiene un buen motivo para hacer las cosas que hace, por horribles que estas puedan parecernos. Y este buen motivo casi nunca se encuentra fuera de la persona, sino dentro, relacionado con sus filiaciones, con sus traumas, con sus viejas lealtades familiares, casi siempre inconscientes. 
Ahora que en el Ecuador se libra una solapada guerra entre los medios de comunicación privados y los poderes a quienes ellos representan, y el régimen de turno, salen a relucir interesantes aristas del comportamiento humano y sus motivaciones. Motivos de estudio. Elementos de indagación y reflexión. 
La última es una caricatura de un afamado caricaturista en donde se señala, no sin malicia, algunos aspectos de un conocido allanamiento producido en días pasados. La caricatura en sí misma habla sola, pues en su dibujo se muestra agresión, prepotencia y también robo (los policías, en la última viñeta salen llevando elementos de una computadora, es cierto, pero también un horno microondas y tal vez algún otro electrodoméstico). Pero, por si el dibujo no fuera suficientemente elocuente, la leyenda ya no es poética o connotativa, sino muy explícita y denotativa, cuando afirma: "Policía y Fiscalía allanan domicilio de Fernando Villavicencio y se llevan documentación de denuncias de corrupción" (textual).
Estamos en guerra, lo dije, y en esta guerra, como en cualquier otra, todo se vale. Sin embargo, tras la reacción de Correa ante el dibujo y la leyenda, se alzan voces que defienden el 'humor', que amparan su ataque al gobierno en el prestigio y la fama del caricaturista, que se quejan amargamente de que ya no es posible la sátira que es la única arma que nos quedaba contra la tiranía...
Porque si bien la sátira y el humor pueden ser una buena arma para combatir muchas cosas, también es muy cierto que rara vez se esconde detrás de ellos una actitud transparente, sana o totalmente inocente. Lo que busca el humor que se sirve de la ironía y el sarcasmo es golpear, lastimar, herir y a través de esto azuzar, provocar. La misma palabra, sarcasmo, tiene su origen remoto en el latín, de allí en el griego, y está relacionada con las ideas originales que hablan de morder o de rasgar la carne. 
A partir de allí, el debate ya no es una confrontación de ideas, sino un juego de provocaciones. No se valora la inteligencia si no sirve para lastimar. Se aplaude la insolencia, el descomedimiento, la capacidad para insultar y ofender. 
Por otro lado, mucho se defiende la inteligencia que está detrás del humor. Nadie lo niega. Una persona sin unas básicas destrezas intelectuales no puede ni emitir ni comprender frases humorísticas u otros productos similares. Una persona poco o nada inteligente difícilmente usa con acierto la ironía y el sarcasmo. Pero sabemos también que la inteligencia no lo es todo. Y que mucho depende del uso que se le da a las cualidades para que estas sean válidas y realmente útiles. Enormes inteligencias casi sobrehumanas, como la de Hitler o la de Openheimer, estuvieron a un tris de terminar con la vida humana en el planeta tal como se la conoce hasta el día de hoy. La inteligencia per se, desprovista de integridad y puesta al servicio del mal o de la agresión no sería tanto una cualidad cuanto un arma letal.
Otro aspecto bastante triste de esta situación, sin embargo, es la tendencia del mandatario a caer redondo en el juego de las provocaciones. Podemos recordar, con algo de vergüenza ajena por ambas partes, su lamentable actuación en el famoso impasse con Jaime Guevara, que tampoco es la Paloma Blanca que representa al Espíritu Santo, dicho sea de paso. Si al ver la seña descomedida del cantautor la caravana presidencial hubiera pasado de largo, sin parar mientes en el pírrico agresor, habría conseguido mucho más que armando el escándalo que se armó de la nada y que en últimas no llegó a ninguna parte. Rafael Correa habría obrado realmente según la Majestad del Cargo que ostenta, y Guevara habría visto frustrado su provocador gesto que, por otro lado, terminó llevándolo a una fama y un despliegue mediático que sus excelentes canciones contestatarias jamás consiguieron por sí solas.
No se puede decir, sin embargo, que la caricatura de la discordia constituya algo similar. Tal vez sí merecía una explicación. Lo que no merecía es, nuevamente, terminar victimizando al hechor hasta convertirlo en el héroe de la oposición no tanto por su talento o inteligencia (que no hay duda que los tiene) cuanto por el proverbial y cuestionable mérito de estar en contra del gobierno de Rafael Correa.

viernes, 3 de enero de 2014

CON QUÉ DERECHO


Me entero de que un grupo de personas católicas impidieron que se continuara con la irreverente exposición de un artista en el barrio de Carcelén. Este hecho, ya de por sí es grave, pero se vuelve más grave cuando las personas en cuestión arman una gresca monumental por el suceso, y en medio de este zafarrancho quieren quemar la obra, la estación de bus convertida en galería de arte y quién sabe si también al artista. La pregunta es ¿con qué derecho?
Se hablará de irrespeto. ¿Irrespeto a qué? A lo largo de su historia, la iglesia católica no se ha caracterizado precisamente por respetar nada que no le convenga. Los católicos fundamentalistas (que los hay, y muchos) utilizan toda clase de irrespetuosos mecanismos para minimizar y satanizar a quienes consideran nocivos para la difusión y permanencia de su fe, comenzando por la mordacidad y la ironía y pasando por un variopinto muestrario de actitudes que en su momento llegaron al más monstruoso y arbitrario irrespeto a la integridad y a la vida humanas (no olvidemos las hogueras de la Inquisición y todo lo que las antecedía en vejación y tortura).
Se hablará de arrogancia. ¿Arrogancia? A lo largo de su historia, en un comportamiento no exclusivo pero sí bastante fanático, la Iglesia Católica se ha proclamado como la 'religión verdadera', concepto que en nuestros días hace agua por todas partes. Se ha entronizado como parte de los poderes más perversos que han regido nuestro mundo. ¿Por qué, si no, en nuestros países es común que en los actos oficiales esté no solo presente, sino presidiendo mesas directivas y ocupando sitios de honor un personero católico, privilegio que está vedado para empezar, a las mismas monjas católicas, y para continuar a los pastores evangélicos, a los rabinos, a los imanes, a los monjes budistas, etc., etc., etc...?
Ahora pretenden seguir regulando la vida y obra de la humanidad. Como afirma el maestro Fernando Vallejo en su inmejorable libro La puta de Babilonia: coarta a las otras religiones donde manda y defiende la libertad de cultos donde no manda. Con su boca se opone a la unión legal entre personas del mismo sexo, mientras el resto de su cuerpo perpetra y encubre monstruosos y masivos casos de pedofilia y pederastia en sus propias instituciones y edificaciones. Con una mano firma peticiones 'provida' oponiéndose irracionalmente a la despenalización del aborto y a la legalización de la eutanasia como el derecho a una muerte digna para los seres humanos, mientras con la otra perpetró toda clase de crímenes de lesa  humanidad durante más de diez siglos. Se autoproclama un poder espiritual pero se da modos para mantenerse como uno de los más típicos poderes económicos y políticos que en el mundo han sido. 
Supuestamente defiende la obra divina y la glorifica, pero estigmatiza la sexualidad del ser humano como pecaminosa y sucia. 
Las palabras de Jesús en el Evangelio (que con toda desfachatez esta iglesia sigue manteniendo vigente en sus rituales) hablan con claridad de esto: "misericordia quiero, y no sacrificio" sentencia su maestro. Habla de la ley para la gente y no viceversa. Grita Sepulcros Blanqueados a los fariseos de su tiempo (tan parecidos a los del nuestro)... y finalmente muere crucificado solamente para ser secuestrado por un poder perverso que durante dos mil años lo ha utilizado como icono de todo lo contrario a lo que proclamó su revolucionaria doctrina.
Y son ellos los que hablan de irrespeto.

jueves, 14 de noviembre de 2013

SOLO ELLA SE LLAMA MARILYN MONROE - O LAS CUATRO MUJERES RUBIAS DEL TAROT



 
Asoma Marilyn con su nardo de plata
hasta los senos
y yo tiemblo.
Julio Pazos Barrera

1
La tercera carta numerada del Arcano Mayor del Tarot de Marsella se llama La Emperatriz: en ella se ve la figura de una mujer rubia sentada en un trono, con ropajes que demuestran su poder y jerarquía. En su mano izquierda, relajada y serena, sostiene un cetro, propio de su condición de reina. Con el brazo derecho, envuelve en ademán protector un escudo en el cual se ve un aguilucho, una de cuyas alas está atrofiada. Mira hacia la derecha del lector (su propia izquierda) y en algunas versiones su rostro esboza una suave sonrisa.
Si hurgamos en el significado del arcano encontraremos que esta figura representa a la mujer terrenal en la plenitud de su poder de seducción, de la fuerza de sus atributos femeninos sexuales: es Marilyn de pie sobre una alcantarilla o respiradero del metro de la gran ciudad, fingiendo sujetar una falda que el aire subterráneo levanta para mostrar la maravilla de sus piernas. Es Marilyn en el clímax de su apogeo artístico. Afrodita, si queremos hablar de otra diosa, o de la misma diosa con diferentes nombres.
Y es así como la muestran en sus reflexiones y expresiones admirativas algunos de los fragmentos del libro Solo ella se llama Marilyn Monroe (Relecturas de una diosa)[1] que se refieren, al menos con mayor intensidad, al punto máximo de su esplendor: la introducción del mismo editor Raúl Serrano Sánchez, los fragmentos biográficos de Jennie Carrasco Molina, Galo Alfredo Torres, David Ramírez Olarte y Jorge Dávila Vázquez; las sesudas reflexiones de Humberto Robles, el poema “Una adorable criatura” de Iván Oñate, el irónico e inmejorable texto de María Helena Barrera, “Marilyn Monroe Redux”, los tres primeros fragmentos del poema de Raúl Vallejo, la infantil evocación de Byron Rodríguez Vásconez y el poema “La carne y el espectro de Marilyn Monroe” de Cristóbal Zapata.
Afroditamarilyn, nacida de la espuma del mar del caos que fuera su vida. Marilyndiosa, pasándonos por el forro ese primer mandamiento dictado seguramente por un Dios bien macho que para peor no tuvo el gusto de conocerla. Marilynemperatriz, acunando con su brazo derecho a todos aquellos niños que llegó a gestar pero que no alcanzaron a nacer, tal vez porque el arquetipo de la Madre era a un tiempo demasiado estrecho o demasiado grande para aquel portento de mujer.

2
El arcano 17 del Tarot de Marsella se llama La Estrella: en un entorno natural y bajo un cielo en el que resplandecen ocho estrellas podemos mirar a una muchacha rubia, desnuda y pensativa, que arroja el agua de dos jarras en un río. La una jarra vierte un líquido dorado, la otra, simple agua azulada. Imágenes todas que remiten a una actitud de entrega, tal vez de sacrificio, de auto despojo después de haber encontrado y haber ocupado un lugar privilegiado en el mundo. Imagen de calma, sí, pero también de cierta melancolía cuando se descubre que ha llegado el momento de cerrar por dentro la puerta de la habitación en donde se esconde el pasadizo secreto hacia la eternidad.
Tal vez aquí se vea representada la Marilyn que más amamos: aquella que, como Jesús en la cruz, carga con los pecados y la ingratitud de un mundo que ha usufructuado de sus más exquisitos dones y a la hora del té la ha abandonado a su suerte. Verdadera diosa más diosa que nunca en el momento de su escarnio, en la abismal soledad de su dolor de siglos eternizado en las fotos de su rostro sin vida ya despojado de todo glamour innecesario.
El corazón de Marilyn, también atravesado por siete espadas, es abandonado una vez más desde la perspectiva confesional de Modesto Ponce Maldonado, y ella misma asesinada sin piedad en el cuento “Cadáver Exquisito” de Marcelo Báez Meza, pero ese frágil corazón es también entrevisto con ternura y veneración, tal vez a través de unas inevitables lágrimas, por Iván Oñate en su poema “Hotel sin estrellas”, o en el maravilloso texto “Una muñeca sin niña” de  Huilo Ruales Hualca, y ella misma es cobijada y acogida en su abandono por el infinito cariño que puebla las palabras de Ramiro Oviedo, Fernando Nieto Cadena, David Ramírez, el último fragmento del poema de Raúl Vallejo, la mirada nostálgica y compasiva que Carlos Carrión echa sobre una foto, el encuentro imaginario de un bello relato de César Chávez e incluso la cínica confesión del último fotógrafo que la retrató en una narración de Raúl Serrano Sánchez.
Es en esta visión cuasi maternal desde donde, para sus fieles devotos del Ecuador, Marilyn alcanza su verdadera dimensión de estrella, es decir no la resplandeciente figura de los carteles que anuncian las películas, no la a la vez envidiada y admirada figura de sociedad, sino la pequeña huerfanita violada a los nueve años (según registra Ernesto Cardenal), la mujer con heridas tan hondas que varias veces pensó en la controversial misericordia de la muerte, la Diosa escarnecida y lastimada que con su sacrificio, y tal vez sin saberlo, pretendió redimirnos de la soberbia, la envidia y la lujuria, tres gravísimos pecados capitales de los cuales uno resulta esplendoroso y los otros dos absolutamente despreciables.

3
El arcano 21 del Tarot de Marsella se llama El Mundo: encerrada en una mandorla compuesta por hojas azules miramos a una muchacha rubia, apenas cubierta por un pequeño manto ligero que danza suspendida en un espacio etéreo, rodeada por las energías del aire, el agua, la tierra y el fuego. Plenitud más grande que la de la Emperatriz, pues ya ha trascendido lo meramente humano para pasar a formar parte de un universo mayor. Diosa de verdad, más allá de las turbias y misteriosas circunstancias de su transición. Icono. Arquetipo. Sentido global que sobrepasa los pocos y turbulentos años de su breve existencia. Realización más allá de la simple y prosaica historia personal.
Es así como la miran Carlos Eduardo Jaramillo, Aleyda Quevedo y Julio Pazos Barrera. En sus poemas no queda lugar para la compasión, tan solo la luminosa admiración de quienes logran captar la arquetípica esencia del ánima de un mundo patriarcal en donde una masculinidad exacerbada, sobredimensionada y displicente ha hecho de las suyas durante siglos.

4
El arcano 14 del Tarot de Marsella se llama Templanza. Un ángel rubio ocupa de cuerpo entero la mayor parte del espacio de la carta. Lleva una flor entre la frente y el cabello, y los colores de sus ropas recuerdan a los de las de la Emperatriz. Intercambia un agua cristalina entre dos jarras, mirando serenamente esta operación. En la espalda le ha brotado un par de grandes alas blancas y brillantes.
¿Por qué amamos tanto a Marilyn quienes habitamos en este pequeño paisito hasta hace poco inexistente en la memoria colectiva del planeta? ¿Acaso por nuestra impertérrita veneración hacia todo lo que no sea nuestro ni se nos parezca? ¿Acaso por esa misma baja autoestima que nos lleva a disimular la forma de nuestra nariz, el tono moreno o grisáceo de nuestros cabellos, cualquier indicio de sobrepeso o de vulgaridad?
No se sabe. Quizás la adoramos como a otra de tantas diosas porque con su trágico destino nos enseñó que los dioses, en su esencia más auténtica, sí son de carne y hueso. No en vano adoramos a un hombre muerto y ensangrentado con todo el amor y la ternura de este mundo. Nos vale que haya resucitado. Lo que lo pone a la altura de nuestro cariño es la tragedia y la injusticia de su muerte. No en vano nos reconocemos en la camilla cubierta que sale de la silenciosa casa de Los Ángeles muy pronto inundada de policías, y detectives, y ya rodeada por llorosos fanáticos e impertinentes curiosos.
Y es así como el poder de sanar y hacer milagros interiores de aquella muchachita llamada Norma Jean Mortensen se manifiesta en los textos de Byron Rodríguez Vásconez, David Andrade Aguirre, Xavier Sempértegui y Jorge Martillo Monserrate, en donde los inconfesables deseos se subliman en aquella piel hecha de sombras y luces y las penas de amor de la adolescencia se mitigan en la autocomplacencia inspirada por la maravilla de su figura.
Inmortalizada en alrededor de una treintena de películas, sacrificada en aras de un poder tan perverso y espurio como todos los poderes de este mundo, abandonada y muerta como cualquier buen Dios o buena Diosa que se respete, Marilyn Monroe se ha convertido en el espejo no tanto de nuestras aspiraciones de gloria y de grandeza, cuanto de nuestras frustraciones, soledades y anhelos no logrados. Y es quizá desde allí donde ayuda al milagro de volvernos seres cada día más humanos, por obra y gracia de la tolerancia y de la compasión que no es lástima, sino ternura y amor del verdadero.

Por eso doy las gracias a Raúl Serrano: por llevarnos, a través de este libro, y más allá de los deleznables conceptos del chismorreo propio de la farándula, a reflexionar sobre nuestra condición humana a partir de la adoración a una de las más bellas y complejas diosas de los últimos cien años.


[1] Raúl Serrano Sánchez (editor), Solo ella se llama Marilyn Monroe (relecturas de una diosa), Cuenca, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Azuay, 2013.

viernes, 11 de octubre de 2013

¿Y AHORA?


Supongo que no quiere irse contra sus convicciones, y entiendo que está en su pleno derecho. Nadie le puede obligar. 
Supongo (quiero pensar) que es parte de algo más profundo que una simple pose religiosa en un tiempo en el que cada vez se demuestra más que las religiones institucionalizadas de poco le han servido a la humanidad. 
Y no quiero que renuncie, ni voy a opinar sobre esa frase y esa actitud.
Pero me queda una sola pregunta: ¿y ahora? 
En ninguna parte del libro sagrado habla sobre el tema del aborto, ni para aprobar ni para reprobar. En muchas partes de ese mismo libro sagrado, habla de matar, y de muchas formas: lean si no los libros sobre la legislación que siguen al Éxodo. Matar a pedradas a las mujeres adúlteras, matar al que fornique con una mujer que está menstruando, matar al hijo que se porta mal con el padre (¿por qué no con la madre?), matar animalitos para los sacrificios... Así que que no me vengan a decir que por una vez, capaz para ganar adeptos, que el libro sagrado menciona un 'no matarás' ese libro articula alguna defensa de la vida. 
No alcanzo a comprender el empeño de la institucionalidad patriarcal en reprimir y castigar a la mujer que interrumpe un embarazo. No entiendo tampoco por qué no pone el mismo empeño en castigar al hombre que de seguro también participó en ese embarazo y, sobre todo, que con su irresponsabilidad y falta de solidadridad empujó, la mayoría de las veces, a que las mujeres terminaran optando por esa interrupción.
Según mi modesto entender, no es un tema de 'matar o no matar'. La vida no es en blanco y negro. Detrás de toda opción por interrumpir un embarazo hay por lo menos un corazón roto, un alma angustiada, incertidumbre, miedo... y por supuesto una profunda herida psicológica que no se puede desconocer echando las circunstancias en las dispares canastas clasificadoras de lo bueno y lo malo. 
"Hecha la ley, hecha la trampa" reza un viejo refrán español. Y así es. Cerrada esta puerta, las mujeres que no puedan más que optar por interrumpir sus embarazos seguirán abortando, solo que lo harán en condiciones mucho más precarias e inseguras que las que proporcionaría una visión menos cerrada y más comprensiva de la naturaleza humana y sus implicaciones. Y eso sí es una lástima.
 

jueves, 5 de septiembre de 2013

LO QUE CREO...

Nadie es perfecto. Ni siquiera Jaime Guevara. Ni siquiera Rafael Correa.
No se puede negar, por otro lado, que la irreverencia de Jaime Guevara puede llevarlo a acciones, gestos o palabras que sobrepasan el límite de lo aceptable. Y no se puede negar que Rafael Correa, al calificar a Jaime Guevara como una persona adicta a sustancias, habló desde un prejuicio basado en estereotipos antes que desde la ponderación real de los hechos, desconociendo además que, para quienes la padecen y para sus familiares, la adicción es una enfermedad antes que un estigma que deba ser tratado desde un moralismo trasnochado.
Tampoco se puede negar el aporte de Jaime Guevara a la canción de autor y a la cultura en general en el Ecuador. Y quien niegue todos los aportes positivos de Rafael Correa a la vida cotidiana y al crecimiento de este país es porque es el típico ciego que no quiere ver (o sea, el peor, según reza un conocido refrán).
Por eso resulta triste ver cómo, a partir de un incidente en donde ninguna de las partes tuvo una actuación ciento por ciento madura y ponderada, los ánimos se polarizan y la gente toma partido de una manera muy similar a quienes participaron en este suceso: desde las vísceras. Los partidarios de Guevara, con epítetos groseros y ácidos sarcasmos acusan a Correa de grosero y deslenguado. Los partidarios de Correa, partiendo de estereotipos infundados y una moralina más bien barata, acusan a Guevara de inmaduro y salido de madre.
Se ignoran, como siempre, los contextos y sobre todo los aportes de los dos personajes a lo que este país requiere y necesita. A la procacidad se une la ingenuidad: acabemos con Guevara porque no importa que sea un cantautor contestatario y prolífico y su aporte a la cultura popular nos vale un soberano rábano. Acabemos con Correa porque todo lo que ha ganado este país es una migaja frente a un malhadado comentario no del todo verídico, hecho, para peor, en uno de sus enlaces semanales.
Los medios privados, que jamás estuvieron presentes para difundir la música de Jaime como se merecía o para promocionar sus producciones, ahora, como les conviene, le conceden un espacio inusual (si lo hubieran hecho igual cada vez que salía un nuevo álbum, Jaime Guevara sería uno de los cantautores más conocidos de Latinoamérica, y posiblemente de todo el mundo), y por supuesto, reproducen cada insulto o acusación a Correa relacionada con estos acontecimientos, como ya es costumbre.
Voces estentóreas apoyan la poco ponderada actitud del mandatario, que según mi humilde criterio habría hecho mejor en ignorar el  gesto desaprensivo del cantautor y así dejar las cosas en el punto adecuado. Otras voces estentóreas piden la cabeza de Correa por haber agredido al cantor popular sin que nadie se acuerde de cómo era este país hace tan solo diez años. Los medios privados, corifeos de la oposición, aprovechan para pescar a río revuelto y así contribuir, no sin mala intención, al zafarrancho. Y es ahí donde cabe preguntarse:  ¿a quién le importa realmente el destino del país? 

martes, 9 de julio de 2013

LA CONDICIÓN HUMANA, QUE LE DICEN


Toma tiempo esto de comprender el funcionamiento de los seres humanos, pero poco a poco, y observando, podemos darnos cuenta más o menos de por dónde van las cosas. Aquí algunos ejemplos:
  • Una persona que mata a otra va a la cárcel por asesinato. Una persona que mata a mil en una guerra es condecorada y pasa a la historia como héroe.
  • Hitler, que se dedicó a torturar de modos espantosos y a exterminar judíos y otros seres que no cabían en su estándar de perfección durante alrededor de diez años, es la imagen emblemática del mal. La Iglesia Católica, que hizo lo mismo durante tal vez nueve o diez siglos (sí: dije siglos), sigue siendo una de las imágenes emblemáticas del bien.
  • Cuando Stalin envió a un sicario a través del mundo para matar y exterminar a Trotsky fue un crimen. Ahora que se persigue a Edward Snowden por todo el mundo con una ferocidad inusitada y se ha llegado a poner en riesgo la vida de un Presidente de una República Latinoamericana en ese trance, es un acto de patriotismo y defensa de la seguridad de un país (algunos desfachatados dicen que hasta del mundo).
  • Cuando la prensa mete cizaña, tergiversa información, utiliza ironías y sarcasmos ácidos está ejerciendo su libertad de expresión. Cuando el presidente Rafael Correa se excede en el uso de los adjetivos calificativos descorteses, es un grosero y un prepotente.
  • Para ciertas creencias religiosas y homofóbicas, la homosexualidad es un pecado mortal, pero para ciertos voceros de la Iglesia Católica hay que comprender a los curas pederastas... seguro no lo hicieron por maldad, algún trauma deben haber tenido. Y lo que es peor: hay que cambiarlos de diócesis y quedarse calladitos.
  • La misma Iglesia Católica censura a las otras religiones donde tiene poder, y defiende a capa y espada la 'libertad de cultos' donde no manda.
Y así... ¿se les ocurren más ejemplos?

[De todas formas les advierto que, como no soy fiel creyente de eso que le dicen 'libertad de expresión', censuraré los comentarios que me agredan, después de todo, posiblemente intervenido por la CIA y todo, este es uno de MIS blogs.]

miércoles, 12 de junio de 2013

LO QUE NO ES LEGAL NO EXISTE

Vivimos de ilusiones. Buenas y malas. Pensamos que si una cosa no está aprobada por la ley, simplemente no existe, y por eso nos asustan tanto las despenalizaciones y las supuestas 'legalizaciones' de cosas que en realidad suceden, y de la peor forma, hace rato en nuestro medio. Veamos algunos ejemplos de muestra:
  • El aborto: Este es el más neurálgico de todos. Los movimientos pro-vida se desesperan luchando para que el aborto no se 'legalice' en nuestro país, y lo peor de todo es que lo están 'logrando'. Porque tal vez, aunque la despenalización, que no legalización, del aborto no conste en la letra de la ley, sabido es que en este país el aborto es una vieja e inveterada costumbre, practicada tanto en respetabilísimas clínicas particulares como en impresentables 'consultorios' de emergencia en donde cuaquier cosa podría suceder al amparo de la supuesta ilegalidad y por lo mismo inexistencia del problema. No tenemos noticia, en ningún caso, de que algún médico, enfermera, padre de familia preocupado por su honor, madre de familia preocupada por el qué dirán, muchacha desesperada o novio en apuros haya sido encausado, de manera legal, por practicar esta ilegalidad, o sea este delito. Y sin embargo sabemos que existe, que se da de una manera casi cotidiana y de que, precisamente por la prohibición no se puede dar en las mejores circunstancias posibles ¿para quiénes? para la gente más pobre y desesperada, obviamente. Porque ¿quiénes sufren infecciones terribles, problemas de esterilidad o incluso la muerte al practicarse un aborto clandestino? No son precisamente las personas que pueden acudir a una clínica particular pagando lo que sea para cometer la ilegalidad correspondiente, sino, como ya dijimos, las personas de escasos recursos económicos. La despenalización facilitaría, entre otras cosas, que se salvaguarde la integridad y la vida de las mujeres y familias que, ante una circunstancia desesperada, tomen esta personalísima decisión. 
  • El matrimonio igualitario: Ahora sufrimos porque quieren legalizar el "matrimonio gay". Sufrimos tanto que no nos damos cuenta de que hasta el Presidente Rafael Correa se opone y muchos, en el fragor de su anticorreísmo unido a un curuchupismo irrestricto, andan sufriendo porque 'Correa va a aprobar el matrimonio gay' (textual). Cabe ahí la misma pregunta: ¿no existe el matrimonio igualitario en nuestro medio? ¿Qué es un matrimonio? Un matrimonio no es más que un contrato firmado por dos personas (hasta hace poco de sexo diferente) en el cual las partes se comprometen a una serie de obligaciones mutuas. Aunque en el cine y la literatura romántica se equipara el matrimonio a una unión de amor, sabido es que el matrimonio por amor es un invento reciente, y que más que el amor salvaguarda la institucionalidad de la familia y sobre todo la economía de la pareja que opta por casarse. Tras la firma del contrato de matrimonio (civil o religioso) y la correspondiente fiesta, lo que viene es un trabajo más o menos arduo, dependiendo de las circunstancias, para sostener el contrato durante el mayor tiempo posible. Quienes se han casado mantienen relaciones sexuales 'legítimas' y exclusivas (al menos en teoría), viven bajo un mismo techo (salvo excepciones) y en las ceremonias religiosas se juran (a veces en vano) amor, respeto, fidellidad y colaboración de por vida. Sabido es que, hoy por hoy, toda esta parafernalia se pone a hacer aguas por todas partes. Si bien hay matrimonios muy felices, fieles y duraderos, también existen de los otros, y cada vez son más. Por otro lado, respecto de los matrimonios entre parejas del mismo sexo, ¿seguro no hay? ¿Qué es, entonces, una unión de dos personas del mismo sexo que viven juntas, comparten espacios y bienes y que, por si acaso las mismas familias que los repudiaron al conocer su condición algún rato quieran apropiarse de los bienes que uno u otro dejan, han firmado en una notaría un contrato de mancomunidad de bienes y otras cláusulas de convivencia a largo plazo? Si eso no es un matrimonio, perfectamente legalizado, quiero saber lo que es. Algunos, hasta hacen una fiesta el día de la firma del contrato. 
  • El consumo de ciertas drogas: Entramos en terror porque quieren 'legalizar las drogas'. Si una camina a ciertas horas del día por ciertos sectores de la ciudad podrá darse cuenta de que las drogas se expenden y se consumen libremente a vista y paciencia de autoridades y público en general. El consumo de drogas en el mundo, no se diga en Latinoamérica y el Ecuador, es endémico. Un gravísimo problema de salud pública. Y la penalización lo único que ha conseguido ha sido convertir el narcotráfico en el más perverso y lucrativo negocio de nuestro tiempo, mientras la drogadicción campea por todas partes riéndose en nuestras narices de la ingenuidad que nos hace impedir su 'legalización'...
Sé lo que me dirán: entonces legalicemos el asesinato, la violación, el robo a mano armada... No lo creo conveniente ni me voy por ahí. Como dice un viejo refrán español: ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre. Sin embargo, los temas citados en este artículo se relacionan ante todo con situaciones y decisiones personales, o que exigen acciones en otros campos (la educación, la salud, los procesos de rehabilitación, las estructuras sociales). Es curioso que los mismos que claman por la libertad religiosa, por ejemplo, pidan 'todo el peso de la ley' para acciones que tienen que ver en mucho con ciertas libertades y opciones de consciencia. Y en último caso, comprendiendo que toda sociedad necesita de regulaciones y consecuencias, cabría preguntarse si la prohibición y el castigo han sido realmente efectivos en la prevención de cualquier delito.