Nada importa
Hace mucho que lo sé.
Así que no merece la pena hacer nada.
Eso acabo de descubrirlo.
Esas son las palabras con que inicia la novela de la escritora danesa Janne Teller. Palabras que tal vez no resultarían tan impactantes si no fuera porque, en el contexto de la novela, están dichas por un adolescente de catorce años llamado Pierre Anthon, quien después de pronunciarlas se sube a un ciruelo, desde cuyas ramas más altas grita incesantemente al mundo el sinsentido de la vida.
Quienes se ven más afectados por esta declaración, curiosamente, no son los adultos, sino los otros adolescentes de su clase que, empeñados en demostrarle a Pierre Anthon que sí existen cosas importantes, comienzan a recolectar sin ton ni son objetos con significado e importancia para sus jóvenes vidas. Sin embargo, el concepto de importancia se mueve aleatoriamente entre objetos más o menos representativos de la vida, de la muerte, del honor, de los valores que los seres humanos representamos con símbolos que pierden su eficacia cada dos por tres.
Libro duro, desencantado, con un cierto aire de desesperación contenida que nos recuerda al mejor Saramago. Su curriculum lo muestra como prohibido en varios países europeos, en donde se supone que habita la liberalidad más a ultranza.
Libro que hace pensar, y mucho, no solamente a los jóvenes, sino a todos quienes lo lean, en dónde anida el verdadero sentido de la existencia, o si el significado de la vida necesariamente tiene que ser algo más complejo y profundo que simplemente vivir.
Janne Teller nació en Dinamarca en 1964. Su vida la ha dedicado a la resolución de conflictos y a tareas humanitarias. Actualmente está dedicada a la escritura de novelas.
Janne Teller, Nada, Trad.Carmen Freixenet, Barcelona, Seix Barral, 2011. Más información en Lectores furtivos.
Janne Teller nació en Dinamarca en 1964. Su vida la ha dedicado a la resolución de conflictos y a tareas humanitarias. Actualmente está dedicada a la escritura de novelas.
Janne Teller, Nada, Trad.Carmen Freixenet, Barcelona, Seix Barral, 2011. Más información en Lectores furtivos.
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