viernes, 7 de junio de 2019

LOS FRAGMENTOS DEL SER Y DE LA HISTORIA


La poesía de Marcos Rivadeneira Silva no es fácil. Muestra una manera intensa y al mismo tiempo aparentemente desapasionada de enfrentar el mundo. Observa otros rostros como si fueran espejos y al mismo tiempo monumentos de granito. Al menos eso es lo que se experimenta en el recorrido por uno de sus últimos libros: Fragmentos.

Y de hecho, son eso: partes, retazos, mundos del pasado apenas entrevistos. Los fragmentos de la historia que nos construyó desde que en el horizonte se perfilaron los barcos invasores y llegaron a construir la complejidad de nuestra idiosincrasia. Pero el poemario no se queda ahí, sino que explora nuestra fragmentación esencial de seres humanos, y nuestro deber y nuestro derecho de asumirla como parte inherente a la condición ídem y a la existencia en general. De ahí la reiteración casi obsesiva de la expresión “¡estoy aquí! ¡estoy aquí!”

El ser individuo y el ser parte de una colectividad, fragmentos, diríamos, de una historia, de un país, de un lado del mundo permeado de un pasado a la vez ruinoso y glorioso. El ser quien se es y unir nuevamente los fragmentos escindidos para construirse y re-construirse dan sentido al título y al desarrollo de los poemas de Marcos Rivadeneira en este breve pero contundente libro.

Imágenes que son pinceladas, recordándonos que este poeta también es pintor, y de los buenos, de los buenísimos, diríamos. Palabras entintadas en nostalgia y rebeldía, recordándonos que este pintor y poeta también es un artista del papel, al que trata con delicadeza y amor. Los Fragmentos de Marcos se juntan para formar un mundo que se nos hace conocido pero que también nos aporta una nostálgica visión de lugares, paradas y estaciones donde los conceptos de la vida se juntan para crear la esencia de la historia y el ser. 

Un divertido refrán español reza: "lo bueno, si breve, dos veces bueno". Los Fragmentos se juntan en un libro breve, no abundan. Dicen lo que tienen que decir. A veces, simulan imágenes en sepia. A veces, estallidos de colores. A veces oscuridad nocturna. A veces luz del día. Fragmentos de la historia y la esencia de nuestro ser humano e histórico. Fragmentos del alma que se engarzan en formas caprichosas hasta crear un todo. Fragmentos de la vida en torno a ese estoy aquí que nos da la certeza de la presencia, el ser y el poder aspirar a ser mirados, reconocidos y apreciados como lo que somos: humanos en fragmentos, y fragmentos unidos hasta formar un todo sólido y poético en medio del caosy de la nada.

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