martes, 16 de febrero de 2021

NO HAY NADA NUEVO BAJO EL SOL


Cuenta la leyenda (para mí no es más que eso) que el personaje era incómodo: predicaba la igualdad en una sociedad altamente estratificada; se pasaba por el forro las leyes religiosas de su tiempo, llegando incluso a afirmar que la ley se había hecho para el hombre y no al revés; se preocupaba de la población más vulnerable; propugnaba la redistribución de la riqueza, decía que los pobres eran más bienaventurados que los ricos, que (horror de horrores) era más fácil que pasara un camello por el ojo de una aguja a que un rico entrara en el Reino de los Cielos, y cuando anunció la escatología de los tiempos finales dijo que el examen final consistiría en una ‘check-list’ de las obras de solidaridad y misericordia que se habían practicado durante la vida en la tierra, volviendo paja y barro toda la legalidad y ritualidad de aquel entonces, y también del futuro.

Obviamente, los dueños de los poderes fácticos de entonces, fueran quienes fueran, no le podían permitir seguir alborotando el gallinero de tal forma. Y aunque se disputaban el poder a patadas y a mordiscos, en aquel momento vieron la utilidad de unirse para eliminar a quien tan molesto les era.

Primero se lanzaron a lo que se llamaría una… ‘investigación de campo con campaña mediática’, y delante de la multitud le preguntaron cómo tenían que actuar frente a una mujer sorprendida en flagrante adulterio. Respondiera lo que respondiera, la idea era apresarlo por drástico o por hereje. Pero él se salió por la tangente planteando una interesantísima sentencia:

-El que no tenga pecado que arroje la primera piedra.

Con lo cual el odio de sus detractores se exacerbó, pues aparte de todo los había puesto en ridículo.

Y así fueron al paso dos: las fake-news, que en ese entonces se llamaban simplemente rumores. Que recogía espigas en sábado. Que andaba de pana con publicanos y prostitutas. Que había hablado contra el César. Que insultaba a los santos varones. Que se había proclamado rey… Y así, sin necesidad de “Comercios”, de “Lindos canales”, de cuatro o más pelagatos le fueron haciendo la casita, preparando el terreno para abrirle una causa religioso-mediático-judicial en cuanto se ofreciera.

Para el paso tres, que es el de las leguleyadas, no está muy clara la acusación que se le hacía (igual que ahora). Es muy probable que haya sido algo bien similar a lo que ahora se llama ‘influjo psíquico’, pues perdonaba pecados ajenos, impedía lapidaciones a mujeres, curaba paralíticos y ciegos de nacimiento, y hasta resucitaba muertos… lo cual, obviamente, estaba a un tris de arruinar varios negocios locales, y eso no se ha podido permitir ni entonces ni ahora. En realidad, le vendieron a la gente tal cantidad de humo, que, en el momento preciso, cuando el gobernador romano, asombrado de que la tortura de que había sido objeto por casi nada, o por nada claro y concreto, propuso la idea de liberarlo o intercambiar su libertad con un delincuente de larga data, la gente optó por liberar al delincuente de larga data porque de él no se habían ocupado ni los políticos (en aquel entonces más religiosos que eso), ni la prensa de entonces (que también estaba asociada a los púlpitos o como se llamaran), ni los poderes farisaicos… Pues, igual que ahora, ellos no se ocupan de los que hacen el mal real, sino de los que amenazan el statu quo que han impuesto. Esos sí son peligrosos.

El final es bien conocido. Terminó crucificado entre dos delincuentes de verdad (uno ‘bueno’ y otro ‘malo’). Y de seguro que durante muchos años la gente lo llamó ‘el ajusticiado’ (no podían llamarlo ‘el prófugo’ porque no alcanzó a irse ni al pueblo de al lado), y de seguro que cuchicheaban por las callejas de Jerusalén y otras ciudades sobre su corrupción y la de sus seguidores, de oídas nomás, como la gente siempre habla de estas cosas… Hasta que algún iluminado, o a un grupo de, se le ocurrió endiosarlo y así impedir que la verdadera letra de su doctrina se cumpliera. Secuestraron su mensaje para darse tono y para dominar al mundo… y lo demás también es historia conocida.

Ese fue uno de los más antiguos casos de guerra jurídica o lawfare que la historia (real o imaginaria) de la humanidad conoció.

Como ven, nada nuevo hay bajo el sol.

 

4 comentarios:

Omar dijo...

Precisa y bella tu analogía Luk. Hoy como ayer, la infamia de clases dominantes y las hipocresia de las Medias engaña al pueblo y crucifica a sus verdaderos lideres con su anuencia ignorante y desinformada. Siempre habrá judas y pelafustanes verborraicos.

Omar dijo...
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Luis dijo...

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia

Sandra dijo...

Excelente contenido. Adore el modo cómo se describe el Acoso Moral a un hombre bueno, cómo en la casuistica del mobbing se conoce academicame. Gracias!