martes, 7 de junio de 2011

LA INSEGURIDAD


Circula en la red, a partir del diario El Universo de Guayaquil, una carta de una empresaria que se dirige al presidente Correa señalándole que lo que él nos debe es solucionar la inseguridad en el Ecuador. La señora relata que ha sido asaltada y/o robada en tres ocasiones y de diversas maneras. Como ya es costumbre, menciona que reclama a pesar del amedrentamiento constante de que es objeto (dice que los ecuatorianos lo somos, pero yo no me incluyo en ese grupo, y no porque no sea ecuatoriana, sino porque nadie me ha amedrentado) debido a que Rafael Correa amenaza a todos los que no piensan como él. Más o menos eso dice. Y claro, lo típico: es hora de que Correa pare la delincuencia, porque nos lo debe.
En resumen eso es lo fundamental del artículo. 
Nunca pondría en duda lo que esta dama porteña menciona. Tampoco puedo poner en duda los sentimientos de indignación, desazón, miedo, pánico y estropeo psicológico que sufrimos cuando nuestra integridad y nuestra propiedad son violentados. 
Sin embargo, y como decía el título de una antigua novela brasileña: todo vale. En este caso, todo vale para la manipulación mediática. 
En primer lugar, si bien la inseguridad se ha acrecentado en el Ecuador, igual que en muchos países del mundo, no es una cosa que se deba exclusivamente a Rafael Correa. Hasta donde me alcanza el entendimiento, la inseguridad y la delincuencia no dependen exclusivamente de una sola persona, y si así fuera, esa persona no es el presidente de la república. Son circunstancias extremadamente complejas, de la misma manera que las posibles soluciones tampoco son fáciles. Primera táctica de manipulación: señalar al presidente Correa como el único culpable de que haya inseguridad en el Ecuador e increparlo por la prensa para que él solucione el problema. 
En segundo lugar, daría la impresión de que antes de Correa no ha habido en este país ni siquiera una estafa hecha por un cuentero a un ingenuo en media calle. No se ha visto en la prensa ninguna carta que, en igual tono, pida a Alfredo Palacio, Lucio Gutiérrez, Gustavo Noboa, Yamil Mahuad, Fabián Alarcón, Rosalía Arteaga, Abdalá Bucarám, Sixto Durán Ballén, Rodrigo Borja, León Febres Cordero, Oswaldo Hurtado o Jaime Roldós la solución al problema de la delincuencia. Y, si bien pudo ser una situación menor que ahora, también en sus gobiernos se produjeron algunos actos delictivos. ¿Por qué Correa tiene que ser el único presidente de los últimos treinta años que 'pague' la deuda de controlar la delincuencia? Segunda técnica de manipulación: la sincronía, la descontextualización en el tiempo. 
En tercer lugar, en la actualidad en este país hay grandes avances en infraestructura vial, en atención de salud, en logística de obtención de documentos... pero sobre estos logros nadie escribe en los medios, ni siquiera cartas al editor (me queda una duda... ¿no se escriben o no se publican?). Tercera técnica de manipulación mediática: fijarse solo en lo malo y no decir una palabra acerca de las cosas buenas que también ocurren y han ocurrido en este gobierno.
En cuarto lugar, resulta que según se afirma, en este país nadie puede pensar diferente a Correa. Todos lo dicen, lo gritan. Los que piensan diferente lo proclaman a los cuatro vientos y siempre añaden la muletilla de que aquí ya no hay libertad de expresión. ¿En serio? ¿No hay? Nunca antes en la historia (y esto es un hecho, no una opinión) se ha atacado desde tantos frentes al mandatario y a su gobierno, tan abiertamente y con tanta vehemencia, desde la ironía y la mordacidad semi ocultas hasta la estulticia y la grosería. Si se han planteado algunos juicios o querellas, esto se ha producido precisamente en el punto en que la tan manida libertad de expresión ha pasado de la emisión de una opinión a la injuria personal. Cuarta técnica de manipulación (y esta, además, engloba las tres anteriores), aunque algunos acusen a Correa de fascista, no dejan de seguir aquella consigna de Goebbels, que al estructurar sus técnicas de propaganda creó el axioma de que "una mentira repetida mil veces termina convirtiéndose en verdad"... aparentemente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bien. La pregunta es cómo hacer para que tus criterios y los de la gente pensante y decente (que son los mismos...) tengan resonancia. En ningún país con dictadura, que yo recuerde, se pueden usar lso medios, todos los días, para decir que aquello es una dictadura. Nos creen oligofrénicos.

Garullas dijo...

Mal de muchos..consuelo de tontos. Si bien la inseguridad ha subido de tondo en varios países, tambien es cierto que en Ecuador no se ha hecho mucho por frenarla. Ojalá las reformas a leyes y maquinaria de justicia den frutos. Entre tanta fabulosa obra pública, aún no se ha propuesto la tan esperada propuesta de una carcel adecuada en las grandes ciudades al menos. Pues si, si es labor del gobierno preocuparse por la seguridad, uno de sus deberes es velar por la seguridad interna de los ciudadanos. Tanto derroche en el proceso propagandístico y energía dilapidada en contra de medios y la oposición deberían reenfocarse en actividades de seguridad.
Por otra parte, es falso que el actual gobierno sea el más atacado, tiene más popularidad que Borja (que dicho sea de paso, desperdició la gran oportunidad de tener mayorñia en el congreso). El presi peca de preocuparse en exceso por la oposición, ¿cuál oposición? son rebaños desmañados sin liderazgo convincente, débiles mentales en algunos casos, vociferantes en otros más que no hacen mella en la figura presidencial. Magananísmo le hace falta a RC, pero de forma mordaz, más elocuente. Debería utilizar el espacio de los medios privados para que el pueblo también le escuche entre semana, de forma frontal, como lo hacen otros presidentes y el pueblo lo apoyaría más. Da una imágen de hacendado petulante para muchos, a otros de una imágen de Febres Cordero. La imágen de Alfaro, parece que la desea imitar por los abusos y autoritarismo. Pues no, no es necesario ese comportamiento. Es un hombre muy inteligente y hábil que podría poner de rodillas el pensamiento de los más de 14 millones de ecuatorianos. Uno de esos frentes, es la seguridad ciudadana.