domingo, 8 de noviembre de 2020

CON LA VIRGENCITA NO SE METAN (CON CUALQUIER OTRA COSA, VAYA Y PASE)

 

Hace algunos años, en tiempos del alcalde Augusto Barrera, un joven artista iconoclasta cuyo nombre se me ha escapado de la memoria y no lo quiero rescatar, decidió aprovechar que habían convertido en museo popular una parada de bus abandonada en el barrio de Carcelén, y realizar allí una exposición de una serie de imágenes y pinturas irreverentes con la religión católica. Según cuentan, una de las imágenes más perturbadoras era la del Divino Niño haciendo la 'mala seña' con su infantil manecita. 

A pesar de mi vecindad con el sector, nunca pude ver la exposición. No duró ni dos días en el lugar. La población del barrio se sintió tan ofendida que, olvidando mandamientos muy importantes de su líder, quiso linchar al artista e incendiar la improvisada sala de exposiciones. El alcalde Barrera, a pesar de todo su progresismo manifiesto (después supimos que no era tanto) ordenó retirar la exposición. Y tal vez hizo bien, siempre es preferible un artista silenciado a un artista incinerado en una plaza pública, como si fuera la Edad Media. 

Ahora último también hay un barullo digno de mejor causa (a mi juicio) porque el artista Daniel Tello ha realizado un collage en donde aprovecha como base la imagen de la Dolorosa del Colegio para colocar en ella el rostro sonriente de la ministra María Paula Romo sujetando en sus manos una bomba lacrimógena caducada, una boina de militar o policía, y unas cuantas balas. La idea, según se parece entender, es ironizar sobre la 'divinización' de la personera en medios policiales y castrenses. 

No sé si quieran linchar a Daniel Tello. Y obviamente no han intentado destruir ninguna edificación porque la obra circula en redes. Pero hay una indignación tal cual hubieran mentado a la madre a una gran parte de la población. La gente responde cosas como: "Respeten nuestras creencias", "No ofendan a la madre de Dios" (¿Dios tiene madre?), "Virgencita, tú sabes que yo te amo"... cosas así. Creyentes e incluso algunos no creyentes defienden a capa y espada a la imagen que vino a llorar por el triunfo de la Revolución Liberal hasta que lincharon a los Alfaros y luego siguió con la cara triste por si acaso volviera a suceder algo parecido. 

¿Por qué esa defensa tan acérrima de una imagen imaginaria y grabada en un papel quizá normal y corriente? Ni siquiera representa a la Virgen María, si existió, pues debió haber sido una mujer semita de su tiempo, no con un uniforme azul y blanco de monja, sino con otra indumentaria, más tosca quizá y en otros tonos. Algunos dicen: "es como cuando tú tienes en tu billetera la foto de tu mamá"... ¿En serio? La foto de mi mamá ES eso: la representación de mi mamá, una imagen captada de mi madre real en un momento que sucedió. Incluso si fuera el retrato de mi madre, se basaría en ella, en su imagen real. Pero si yo tomo una foto cualquiera de una señora, o de una actriz como decir... Sofía Loren con un vestido parecido a alguno que tenía mi mamá, y le ando diciendo a todo el mundo que representa a mi mamá y por eso hablo con ella, le doy besos y si me la quitan o la vejan de algún modo armo un relajo de Dios es padre, pues... ¿qué pensarían? Peor si alguien se imagina cómo es mi mamá y la dibuja según su creencia... 

La gente está dispuesta a fajarse cuerpo a cuerpo, insultar, matar, quemar un museo y linchar a un ser humano por defender las representaciones de sus creencias. Y no solamente pasa en el catolicismo, aparentemente ocurre con cualquier tipo de creencia. Eso, para empezar, no habla muy bien de sistemas de creencias que proclaman la igualdad, el amor y la paz como base de su doctrina, porque no se han logrado implantar en la consciencia de los seguidores. ¿Dónde está, por ejemplo, el famoso "ama a tus enemigos" en la turba que pretende linchar al artista de Carcelén? ¿Dónde se puede encontrar el "perdónales, porque no saben lo que hacen", en quienes insultan y agreden de palabra a un señor que ha hecho un collage con la imagen de un engendro del mal en el lugar del venerado rostro? ¿Dónde, el "misericordia quiero, y no sacrificio" en la desesperación por incendiar el museo de la sacrílega exposición para 'desagraviar' a Dios? 

¿Dios necesita un desagravio? ¿No le darán risa las supuestas 'agresiones' de seres que para él deben equivaler a una partícula de polvo cósmico?

¿La Virgen María se ofende de verdad porque se usa una imagen que ni siquiera la representa fidedignamente para criticar a un personaje de la política? 

¿Son tan frágiles y quisquillosas las divinidades del cristianismo? 

Y por último, si lo son, siempre tienen el recurso del infierno para vengarse... ¿o no es eso lo que predican los creyentes que, en determinado caso, no deberían verse tan urgidos por el desquite, pues en alguna parte del Libro Sagrado dice "Mía es la venganza, dice el Señor"? 

Mientras tanto, el calentamiento climático avanza, el virus hace de las suyas y la maldad campea en el planeta. Mientras tanto, Moreno, Romo y sus secuaces siguen rifándose el país con la anuencia chaperil. Pero eso puede esperar... En cambio, ¡la Virgencita! No, pues. Hay que por lo menos reclamarle al hereje. 

Pero en fin, una cosa buena sale de todo esto: la cara de Romo es una falta de respeto hasta para los devotos de la Dolorosa, eso es evidente. 

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