domingo, 20 de noviembre de 2011

YO VOTÉ EN CONTRA DE ESTO

En la consulta popular del 7 de mayo yo voté en contra de las corridas de toros. Y creía que gané. Que ganamos. Por eso, ahora, pertenezco al grupo de quiteños y quiteñas que miramos boquiabiertos y desconcertados los letreros que pululan por todas partes anunciando la Feria de Quito. La Feria Taurina.
No entiendo lo que pasó. No sé en qué momento quién hizo qué. Y tampoco quiero que me lo expliquen. He escuchado argumentos hasta la saciedad: matar un toro no es tan grave como matar un humano, los toros de lidia existen como raza gracias a las corridas de toros, los toros de lidia nacen para morir en las corridas, también se mueren los toreros, es parte de una tradición, quién les va a dar trabajo a todos los que se queden desempleados cuando ya no haya corridas, las corridas de toros crean riqueza, las corridas de toros son un ritual arquetípico y tradicional que no se debe perder...
Al igual que con la Ley de Comunicación, ¿a quién le importa lo que dijo la mayoría? La democracia solo sirve cuando ganan los que tienen la sartén por el mango. Si no, no importa quién vote qué. Un Sí se puede transformar en No. Un No, el rato menos pensado, puede volverse un sí contundente.Cuando la mayoría de votos favorecía al establishment nadie pensaba medio segundo en los derechos de las minorías. 
Muchas veces he pensado que no solo los toros de lidia nacen para morir: también los seres humanos; pero a nadie se le ocurre ir por la calle matando a tiros a la gente porque de todas maneras se tiene que morir. Tal vez, como también se mueren los toreros, sería bueno dejarlos indefensos en la plaza vacía frente a toros enfurecidos que se hicieran justicia con su instinto animal exacerbado. Existen costumbres ancestrales, que son tradición, y que sin embargo son excecrables y tendrían que ser abolidas, por ejemplo la ablación del clítoris de las mujeres en ciertas culturas africanas. Supongo también que cuando se acabó la costumbre de las luchas de gladiadores con animales en las arenas romanas un buen número de gente se quedó sin ese trabajo, pero también creo que encontrarían algo qué hacer. A nadie se le puede ocurrir como una solución al desempleo volver a crear la arena de los gladiadores. Y sobre lo de crear riqueza, que parecería ser el punto más neurálgico de esta situación, pues el narcotráfico también, pero eso no es excusa suficiente para declararlo legal.
Al igual que la OTAN exhibe muchos motivos para invadir y masacrar a los países árabes pero todos sabemos que lo único que quieren es el petróleo, los taurinos pueden decir todo lo que quieran, pero es sabido que lo que más les duele son los codos. Y por hoy ya se los curaron. No importa que se siga manteniendo el rito sangriento de torturar con crueldad extrema a un animal absolutamente inocente. 
Por eso, como quienes votamos en contra de las corridas de toros, y tal vez igual que los toros que serán torturados y masacrados en esta maldita feria, igual que quienes defendieron la causa y por eso fueron excluidos de los medios e incluso de sus trabajos, me siento traicionada. Muy traicionada. 

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